Los manifestantes que rodean el cordón policial que protege el Banc Expropiat de Gràcia para que no vuelvan a entrar los okupas piensan estar todo el día haciendo presión. Se han manifestado pacíficamente a las 12 del mediodía y han rodeado todas las calles del perímetro del local. Lo han hecho festivamente. Han realizado un bloque infantil, incluso, que han colocado delante del cordón policial. Y todo eso bajo el sol del mediodía de este domingo de mayo.

La manifestación ha coincidido con la otra convocatoria que había hoy en Barcelona contra el TC y por los derechos sociales. Las dos marchas simultáneas han obligado a los Mossos d'Esquadra a hacer un doble dispositivo policial. 

La intención de los manifestantes de Gràcia es resistir todo el día. Por twitter han pedido comida, sombreros y refuerzos para la tarde. Los activistas y las diferentes asociaciones que les dan apoyo se pueden mover de lugar y buscar la sombra, pero los mossos no. La resistencia de los manifestantes puede ser larga hasta cumplir su objetivo de volver a entrar en el banco.

Pero ni es el único ejemplo de resistencia ni el más largo. Hay otros ejemplos históricos, algunos de los cuales han acabado en los tribunales: 

27-M

Quizás el más claro es la operación de limpieza de Plaça Catalunya el 27 de mayo de 2011 que pretendía echar a los acampados del 15-M. La policía llegó a primera hora de la mañana, cuando todavía era oscuro, y el efecto llamada por twitter hizo que miles de personas rodearan toda la plaza, dejando aislado entre los manifestantes de fuera y los indignados que resistían dentro, el cordón policial que tenía que garantizar la entrada de los camiones que se tenían que llevar todo el material.

Fuera de la plaza se hizo la resistencia pasiva. Se pincharon las ruedas de uno de los camiones que entraba para llevarse el material. Los manifestantes sentados en el suelo se negaron a marcharse. Los Mossos intentaron echarlos, primero, "arrancando cebollas" y después a golpe de porra. Las imágenes dieron la vuelta al mundo. 

Seis horas después de la llegada de los mossos, se rompía el cordón policial por la parte donde estaba la Guàrdia Urbana y los manifestantes de fuera entraban dentro de la plaza dejando bloqueados a buena parte de los antidisturbios, que salieron cargando. La resistencia duró todo el día. De hecho no acabó, porque por la noche, aunque los camiones de la limpieza se llevaron las carpas y todo el material de las diferentes comisiones, la capacidad organizativa de los indignados garantizó que ya se volviera a dormir en la plaza.

 

 

"Aturem el Parlament"

El 14 de junio la marcha de los indignados salió de Plaça Catalunya para acampar ante el Parlament e intentar detener la aprobación de los presupuestos. El 15 de junio estaba previsto el pleno para aprobarlos. Los Mossos blindaron todo el parc de la Ciutadella, pero los indignados encontraron la puerta prevista por donde tenían que entrar los diputados y la rodearon. Y se parapetaron durante todo el día.

La policía intentó parar a los manifestantes para garantizar el entrada de los diputados con varias cargas a lo largo del día. Algunos intentaron hacerlo a pie y acabaron con la nuca o la gabardina pintada, como Joan Boada o Montserrat Tura. Felip Puig, que en aquel momento era el conseller d'Interior, hizo entrar al president, Artur Mas, y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, en helicóptero. 

22 personas fueron a juicio por los disturbios que se provocaron fuera de la Ciutadella y por los ataques a los diputados, de las cuales 8 fueron condenadas a tres años de prisión.

 

Bolonia

La resistencia contra el plan Bolonia acabó el 18 de marzo de 2009 con 57 heridos entre estudiantes, peatones, periodistas, mossos y un niño de 10 años. Hacía 5 meses que los estudiantes estaban encerrados en el edificio histórico de la Universitat de Barcelona contra el plan Bolonia. La resistencia continuó el día del desalojo. Primero con todos los desalojados sentados en la Gran Via, cortando el tráfico a las 9 de la mañana. Hasta que empezó la carga policial y empezaron, también, los disturbios en el centro de la ciudad y a plena luz del día, como nunca se había visto. 

Los jardines pequeños de Palau Robert, donde había la conselleria d'Universitats, se convirtieron en una ratonera con fuertes cargas policiales. 

La resistencia siguió por la tarde con una manifestación que acabó con duras cargas en Vía Laietana y la dimisión del entonces director de la Policia, Rafel Olmos, que aquel mismo día ya había dicho que se tenían que revisar los protocolos.