Una costumbre cada vez más extendida en las playas es la de ir muy temprano, ocupar un espacio con toallas y considerar que eso es una reserva con derecho de uso privado de un espacio común. La práctica, que ya originaba quejas en tiempo de la vieja normalidad es ahora incompatible con las medidas de distanciamiento social instauradas para frenar la pandemia del coronavirus.

En las playas hay que evitar aglomeraciones y en municipios costeros ya han empezado a aplicar medidas contundentes, como la prohibición de dejar toallas u otros utensilios de playa para reservar espacio. En concreto, en las playas de Palafrugell (Baix Empordà) ya hay carteles donde se avisa de que en caso de que se detecten toallas sin propietario por un lapso de tiempo superior a la media hora, estas serán retiradas y, de hecho, este fin de semana la Policía Local ya ha requisado algunas en la playa de Tamariu.

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Cartel que indica que no se puede dejar la toalla más de 30 minutos en la arena / ACN

Según informa la ACN, agentes policiales han empezado a aplicar la medida y se han llevado varias toallas, en aplicación de una medida que busca un uso más justo del espacio público y que favorezca la rotación en las ocho playas del municipio.

La mayoría de los bañistas se han mostrado "a favor" de una medida que permite "evitar abusos" de los que sólo pretenden guardar sitio, mientras que el consistorio destaca que fomenta la rotación de personas. En el caso de Palafrugell, además, hay que tener en cuenta que es un municipio con ocho playas, pero de tamaño reducido, y que habitualmente a mediodía ya han llenado el aforo. De hecho, en los últimos seis fines de semana los agentes cívicos las han tenido que cerrar por exceso de personas.

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Un agente cívico se interesa por unas toallas sin propietario / ACN

Ahora, con la aplicación de la medida de requisar toallas y utensilios de playa hay que ver cuál es la respuesta de los usuarios que habrán visto como sus pertenencias han sido retiradas y, consecuentemente, se han quedado sin el espacio de playa del que querían hacer uso.

En todo caso, a lo largo de la costa catalana ha habido que aplicar desde el inicio del verano medidas para evitar aglomeraciones en la playa, entre las cuales se cuenta el cierre de playas en varios municipios, el control de aforo, el uso de cámaras e incluso la posibilidad de prohibir el baño. Ahora, la retirada de toallas aparentemente sin propietario puede llegar a ser una medida que evite que reservas de espacio injustas.

 

Imagen principal: Un policía retira toallas en la playa de Tamariu / ACN