Renfe y SNCF (empresa ferroviaria estatal de Francia) ofrecen este sábado los últimos viajes en alta velocidad operados conjuntamente entre Barcelona y Francia después de nueve años. Eso quiere decir que, a partir de este lunes, SNCF operará en solitario el trayecto entre Barcelona y París y los trenes de Renfe no podrán atravesar la frontera hacia París, Lyon y Marsella. Y es que Renfe no dispone de los certificados de seguridad franceses. Las dos empresas han trabajado codo con codo desde hace nueve años, pero recientemente han roto su acuerdo de colaboración y han pasado a ser rivales. Desde mayo del año pasado, compiten en el corredor Barcelona-Madrid y más recientemente entre Madrid y Valencia, ya que SNCF opera bajo la marca Ouigo.

Desde diciembre del 2013, Elipsos, bajo la marca Renfe-SNCF en cooperación, ha transportado a más de 5,5 millones de viajeros entre la capital catalana y Lyon y París, y entre Madrid y Marsella vía Barcelona. Sin embargo, el febrero pasado, la compañía francesa anunció la intención de romper unilateralmente la sociedad mixta Elipsos, formada al 50% por las dos operadoras. Renfe remarcó que se trataba de una decisión "unilateral" de SNCF e indicó que SNCF tomó la decisión una vez ya había "consolidado" su servicio en el Estado, mientras la operadora española todavía no había podido hacer lo mismo en Francia.

Concretamente, el acuerdo entre ambas corporaciones ferroviarias expiraba a finales de este año, aunque en otoño todo hacía pensar que se produciría una prórroga. Sin embargo, unos meses más tarde, en declaraciones en el diario 'Les Echos', SNCF afirmó que no quería "seguir perdiendo dinero", sobre todo después de la caída de la demanda por la pandemia a consecuencia de las restricciones en la movilidad internacional. En cambio, Renfe señala que las dos empresas estaban en condiciones de conseguir un equilibrio financiero después del impacto de la covid e, incluso, de contemplar la explotación de nuevos trayectos internacionales.

Renfe no podrá operar en Francia

Pues bien, a partir de este domingo, los convoyes de la compañía española se tendrán que detener en Vilafant porque no disponen del certificado de seguridad necesario para circular por Francia en solitario. De hecho, el operador presidido por Isaías Taboas dispone de unas cuantas unidades compatibles con los sistemas de tensión eléctrica y comunicaciones del país galo y que son las mismas con las cuales ha estado enlazando Barcelona con Lyon y Madrid con Marsella (con parada en Sants).

En este contexto, según han explicado fuentes de Renfe a la ACN, piden una "reciprocidad deseable" en un contexto de liberalización de la alta velocidad por toda Europa en el transporte de viajeros. Cuando Renfe consiga el certificado de seguridad, la compañía cree que podría empezar a operar en el plazo de cuatro o cinco meses como mínimo, ya que habrá que formar al personal. De momento, trabaja en la incorporación progresiva de los maquinistas y del resto de trabajadores, como la estructura comercial, operativo y de gestión, y en la confirmación de los surcos hasta Lyon y Marsella.

Finalmente, cabe mencionar que la conexión con París es un caso aparte, porque, tal como indica Renfe, las autoridades francesas nunca han homologado sus trenes a pesar de ser del fabricante francés Alstom. "Seguimos teniendo interés", insisten fuentes de la operadora española.