Más de 500 personas frente a las costas de Libia se agarran como pueden a la vida. La barca en la que viajan hacinados comienza a zozobrar. Está claro que su destino es acabar volcando ante la mirada impotente de las embarcaciones de rescate. La escena que contemplan les deja congelados por un segundo, pero rápidamente ponen manos a la obra. Son las secuencias de un rescate agónico, uno de los más multitudinarios que se han llevado a cabo en aguas del Mediterráneo. A pesar de los esfuerzos de los rescatadores, no todos los refugiados consiguieron salvarse. Al menos cinco fallecieron ahogados. Los demás llegaban sanos y salvos a un puerto de Sicilia. Mientras, continúan las operaciones de rescate prácticamente a diario. Más de veinte sólo en el día de ayer. Y son tantas que muchas veces la ayuda llega demasiado tarde. Unas 30 personas han muerto ahogadas en las últimas horas.