El RACC ha pedido este martes mejoras al Ayuntamiento de Barcelona para aumentar la velocidad comercial de los autobuses de la ciudad, que actualmente se sitúa por debajo de los 13 kilómetros por hora que fija el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de 2018, según el Análisis de la competitividad de la Nueva Red Ortogonal de Bus de Barcelona realizado.

El estudio del RACC tiene como objetivo identificar las claves para seguir mejorando la nueva red de líneas ortogonales (H, V y D) y el conjunto de líneas convencionales, para lo que ha analizado 13 de las 28 líneas de altas prestaciones y tres de las convencionales: "La rapidez del servicio aún está por debajo de lo deseado", ha informado en un comunicado.

El informe también ha concluido que las líneas de bus verticales son en general más rápidas y, en concreto, las que cumplen el objetivo de 13 kilómetros por hora son la V31 (Mar Bella-Trinitat Vella), que circula a 13,2 y la V3 (Zona Franca-Sarrià), a 13,1, mientras que las más lentas son la D40 (Plaça Espanya-Canyelles), que se mueve a 9,6 kilómetros hora y la H16 (Zona Franca-Fòrum Campus Besòs) a 9,8.

"Una velocidad inferior a la deseada provoca retrasos en los horarios de los pasajeros y, por tanto, una pérdida de tiempo", concluye el RACC, que ha asegurado que los usuarios habituales de las líneas D40 y H16 podrían ahorrarse más de 30 horas al año, mientras que los de las líneas 39 y H12 podrían ganar entre 20 y 30 horas anuales.

También ha señalado que el crecimiento de los kilómetros de carril bus desde 2013 no se ha traducido en un incremento de la velocidad comercial de la red de buses, aunque admite que la velocidad de las vías con carril bus es claramente superior a la media (1,1 kilómetros hora) a las vías en las que no lo hay, lo que representa "un salto importante en la competitividad del bus".

Asimismo, en el 18% de los kilómetros analizados se han observado incidencias que reducen la velocidad comercial de los autobuses, y el estudio señala que los principales obstáculos detectados son vehículos que hacen maniobras y bloquean el carril bus; en doble fila y mal estacionados; giros con dificultad para el bus, y turismos y motos que circulan por el carril bus, entre otros.

En este sentido, el RACC recomienda auditar todos los puntos de conflicto de la red vial que provocan que se reduzca la velocidad; adaptar los semáforos; mejorar las funcionalidades de la aplicación y el Wifi de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) para que emita la posición de cada autobús y su nivel de ocupación, y poner en marcha la T-Mobilitat y el sistema de validación contactless.