Un informe del Institut Català de la Salut (ICS) ha puesto de relieve que el proceso soberanista está afectando de forma muy contundente a la vida sexual de los catalanes. Los expertos del ICS constatan un descenso rápido y continuado de la libido de los habitantes de Catalunya. El procés afecta, principalmente, a los catalanes más soberanistes y a los más unionistas. Los más radicalizados políticamente han perdido interés por el sexo, mantienen menos relaciones sexuales y, cuando las mantienen, les resultan menos satisfactorias.

La encuesta

Las encuestas de salud sexual y reproductiva que realiza periódicamente la Agencia de Salud Reproductiva del ICS habían detectado en los últimos años una reducción de la actividad sexual de la población de Catalunya: una menor frecuencia en la práctica de relaciones sexuales, un mayor índice de abstinencia sexual y un incremento de las relaciones sexuales insatisfactorias. Había la sospecha de que los acontecimientos políticos podían tener un impacto sobre la sexualidad de los catalanes y por eso encargó una encuesta, que finalmente ha confirmado esta hipótesis: el procés estaría en el origen de una parte sustancial de los problemas sexuales de la población catalana. Los ciudadanos más partidarios de la independencia y los más contrarios a ella son, con diferencia, los que más se ven afectados por esta reducción de la actividad sexual. Probablemente se debe al estrés, que habitualmente repercute en una disminución del deseo.

Menos sexo

En las sucesivas encuestas de salud reproductiva se ha podido constatar que se reduce progresivamente el número de los catalanes que consideran que su sexualidad es buena o muy buena. Si en el 2009 había un 72,3% de los hombres y un 66,6% de las mujeres que percibían su actividad sexual como buena o muy buena, en el 2016 estos porcentajes se han reducido hasta un 55,6% y un 48,7%, respectivamente. Por otra parte, si en el 2009 un 11,9% de los hombres y un 23,6% de las mujeres mayores de 16 años afirmaban no haber tenido ningún tipo de relación sexual en los últimos doce meses, en el 2016 estas cifras se han elevado hasta el 23,3% de los hombres y el 34,7% de las mujeres. Y si en el 2009 un 69,6% de los hombres y un 70% de las mujeres aseguraban haber mantenido relaciones sexuales una vez por semana en el último año, en el 2016 solo un 51,2% de los hombres y un 52,3% de las mujeres lo afirman.

La política, decisiva

La encuesta que ha publicado la Agencia de Salud Reproductiva ha dividido al conjunto de los ciudadanos en cinco grandes grupos: los que son radicalmente favorables a la independencia, los que son moderadamente favorables a la independencia, los que son moderadamente favorables a la unión con España, los radicalmente favorables a la unión con España y los indiferentes. Con estos grupos se ha demostrado que los más afectados por la desgana sexual son los más favorables a la independencia y los más favorables a la unión con España. Entre los hombres catalanes, de mediana, un 23,3% afirman no haber tenido ninguna relación sexual en los últimos doce meses, pero entre los partidarios radicales de la independencia, este porcentaje se eleva al 34,2%, y entre los partidarios radicales de la unión con España, sube al 35,1%. Entre las mujeres, la media es del 34,7%, pero entre las mujeres radicalmente partidarias de la independencia sube al 41,2%, y entre las mujeres radicalmente partidarias de la unión, al 40,3%.

Sin interés

En las sucesivas encuestas de salud reproductiva se detecta que crece el número de personas que no muestran especial interés por el sexo. Si en el 2009 solo un 21,1% de los hombres y un 36,6% de las mujeres creían que la sexualidad era poco o nada importante en su vida, en el 2016 este porcentaje se ha elevado hasta el 32,7% de los hombres y un 50,1% de las mujeres. Una cifra que empieza a ser preocupante, aunque estamos muy lejos de las cifras de Japón, donde el 40% de los jóvenes de entre 18 y 35 años son vírgenes como consecuencia de su desinterés por la sexualidad, según datos del Instituto Nacional de la Población y de la Seguridad Social nipón. La encuesta del ICS relaciona la pérdida de interés por el sexo de los catalanes con la reducción de la natalidad, que en un solo año ha bajado en un 1%. El informe apunta que es posible que las tensiones políticas estén en el origen de este problema.

Independentistas y unionistas sin líbido

El desinterés por el sexo es especialmente fuerte entre los que son radicalmente partidarios de la independencia y los que son radicalmente partidarios de la unidad. Un 44,7% de los hombres partidarios radicales de la independencia consideran que la sexualidad no es muy importante, o que no lo es en absoluto; entre los partidarios radicales de la unidad de España esta cifra llega al 45,2% (entre los jóvenes de entre 20 y 25 años de este grupo se alcanza un 23,3%, una cifra extraordinariamente alta en estas edades). Entre las mujeres, hay un 55,4% de las partidarias radicales de la independencia que no ven el sexo como algo importante, y entre las partidarias radicales de la unidad de España el porcentaje llega al 59,4%.

Peor sexo

En el 2009 la encuesta de salud sexual y reproductiva afirmaba que tan solo el 15,2% de la población catalana (el 14,3% de los hombres y el 15,7% de las mujeres) había tenido una relación sexual insatisfactoria en el último trimestre. En el 2016 este porcentaje se ha disparado hasta el 35,4% (el 36,7% de los hombres y un 34,2% de las mujeres). El porcentaje de insatisfacción es sensiblemente mayor a la media entre los hombres más radicalizados (un 43% de los partidarios radicales de la independencia y un 50,3% de los partidarios radicales de la unidad de España). Entre los principales problemas de los hombres hay la falta de erección (un 37%), la eyaculación precoz (un 21%) o la escasa duración de la erección (un 13%). Entre las mujeres destacan los problemas por la falta de atención de su pareja (un 39%), por la falta de orgasmo (un 15%) o por la tristeza postcoital (un 14%). En este ámbito también hay una cierta diferencia entre las mujeres más radicalizadas y las menos.

Las opiniones de los sexólogos

Algunos sexólogos consultados por El Nacional afirman que el diagnóstico de este estudio coincide con lo que ellos han estado detectando en sus consultas en los últimos años. Concepció Fort, que tiene su consultorio en Vic, asegura que algunos de sus pacientes más soberanistas solo han alcanzado la erección, en el 2016, tras ir a la manifestación de la Diada. También Esperanza Cano, sexóloga con consulta en las Corts, era consciente de la vinculación entre proceso soberanista y retroceso de la sexualidad: "A pesar de la crisis se ha incrementado mucho el número de consultas en nuestra clínica, y la mayoría de los que acuden son unionistas". Según Cano, el problema tiende a cronificarse: "La mayor parte de mis pacientes no superan el problema debido a la angustia que les genera la tensión política: algunos solo consiguen tener relaciones sexuales satisfactorias cuando se van de vacaciones a Burgos o a Soria, donde consiguen olvidarse del procés". Fermín Rodríguez, de Tinder España, afirma que su empresa ha notado un descenso preocupante del número de catalanes registrados a su servicio para buscar pareja sexual, aunque no tienen claro a qué se debe este decrecimiento.

Valoraciones

Josep Dencàs, psiquiatra de la Associació de Practicants de la Psicoestètica, ha asegurado que este estudio demuestra lo que su asociación lleva mucho tiempo denunciando: "España nos castra", ha afirmado. "Hasta que llegue la independencia, los catalanes y las catalanas no podremos disfrutar de nuestra plenitud sexual", ha asegurado Dencàs, quien ha añadido: "La liberación nacional y la liberación sexual son inseparables". En cambio, el doctor Casto Duran, de la Universidad de Navarra, ha hecho una valoración muy diferente, considerando que no es negativo que la gente practique menos sexo: "Que la gente concentre sus energías en objetivos políticos, sean cuáles sean estos, es indudablemente un elemento positivo. Indica un afán de mejora personal y demuestra un creciente autocontrol que tiene mérito".

Pronunciamientos políticos

Inés Arrimadas, de Ciutadans, ha reaccionado rápidamente tras la publicación de la encuesta de la Agencia de Salud Reproductiva y ha exigido al Govern de la Generalitat que abandone "un procés que no solo no nos lleva a ningún sitio, sino que además incluso pone en peligro la continuación de nuestra comunidad porque está dejándonos sin nuevas generaciones". El presidente Carles Puigdemont ha respondido a Arrimadas asegurándole que, en estos momentos, los catalanes lo que necesitan es la independencia, que es lo único que les garantizará recuperar su tradicional gozo de vivir. Miquel Iceta ha querido dejar claro que el problema sexual de los catalanes no afecta a los moderados y ha invitado a los seguidores del resto de partidos a imitarlos: "Los militantes socialistas somos los que disfrutamos de una vida más feliz en todos los aspectos", ha asegurado. Mireia Vehí, de la CUP, ha criticado las declaraciones de Iceta y ha afirmado: "Hay que empoderar a las catalanas y los catalanes no solo políticamente sino también sexualmente". Por su parte, Laura Pérez Castaño, comisionada de Ciclos de Vida, Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona y miembro de Podem, ha lamentado la capacidad enajenadora de los nacionalismos español y catalán y ha llamado a las ciudadanas y los ciudadanos a reinventar la sexualidad y a asumir una visión despatologizadora de otras sexualidades.