El brote de peste porcina detectado en Collserola, después de que la enfermedad estuviera erradicada de Cataluña durante más de 30 años, tiene muy preocupado al Govern de la Generalitat, que este domingo intensificará las capturas de jabalíes con el fin de evitar la propagación de la peste porcina africana (PPA). Se prevén nuevas batidas este domingo para buscar posibles animales muertos o vivos que se puedan capturar para analizar si están infectados, y se ampliará la participación de los efectivos que participan, incluidos los Agentes Rurales y también del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Estas batidas, sin embargo, no contarán con la colaboración de los cazadores con escopetas. Muy al contrario, entre las medidas restrictivas que ha impuesto el Govern para controlar el brote, está el de prohibir la caza ordinaria y limitar al máximo los movimientos de personas, perros, vehículos y restos biológicos en el bosque, ya que cada disparo implica desplazamientos, sangre, vísceras y transporte de cadáveres que pueden arrastrar el virus fuera del foco. Además, los disparos de las escopetas pueden asustar a los jabalíes y favorecer que puedan escapar de las zonas y de esta manera que el virus se pueda diseminar a otros lugares, que es precisamente la gran preocupación de las autoridades. La situación es límite, ha admitido el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, que ha admitido que habrá más positivos y es fundamental “que esta semana capturemos el máximo de jabalíes infectados”. Por eso, lo que se haga estos días es fundamental. “Tenemos que hacerlo bien, el país se juega mucho, la economía catalana puede resentirse mucho”. 

Minimizar al máximo los movimientos

La PPA es una enfermedad de categoría A en la UE, y el protocolo estándar cuando se detecta en jabalíes es delimitar zonas de protección y vigilancia con fuertes restricciones de acceso al medio natural y suspensión de la caza dentro del radio más cercano al foco. En el caso actual de Barcelona, en el radio de 6 km alrededor de los primeros jabalíes positivos se ha decretado el cierre total de acceso al medio natural, la prohibición de la caza y de los trabajos forestales, la instalación de barreras y trampas, y medidas estrictas de bioseguridad. En una batida con escopetas entran muchos cazadores, a menudo con perros y varios vehículos, se mueven por grandes distancias y manipulan numerosos animales, lo que multiplica las posibilidades de transportar el virus en botas, ruedas, ropa, cuchillos o restos. El objetivo inmediato en la zona cero no es reducir población a cualquier precio, sino congelar el área: minimizar movimientos, retirar cadáveres con equipos profesionales, incinerarlos o gestionarlos en condiciones de máxima bioseguridad, capturar posibles animales infectados y vigilar si el virus se expande.

"Los medios que hagan falta"

El Govern está muy preocupado y así lo ha expresado el conseller Ordeig, que en una entrevista a El Suplement de Catalunya Ràdio no ha descartado que se pueda pedir ayuda al ejército español para estas tareas de detección y control de los animales. “Evidentemente que no descartamos nada, pero de los especialistas de control cinegético”, matiza el conseller, que ha explicado que el gobierno está valorando qué equipos profesionales podrían ayudar en estas tareas. “Hasta ahora hemos tenido suerte, dentro de la complejidad, de que todos los animales se han robado en el radio Cerdanyola, y utilizaremos los medios económicos y efectivos que hagan falta para el control y las tareas de control cinegético. No descartamos la unidad de control cinegético del ejército y de empresas especializadas, porque este trabajo es complejo y especializado”. Estas tareas están reservadas a los Agents Rurals, el Seprona de la Guardia Civil, una empresa catalana especializada, y el conseller también ha explicado que hoy habrá un refuerzo de los mossos d’esquadra. “No es fácil, hay que desinfectar, llevar las presas en unas condiciones técnicas muy avanzadas, es un trabajo muy arduo que es muy importante hacer bien para evitar que el virus se pueda esparcir”. El conseller ha descartado a los cazadores con escopetas para hacer batidas. “No podemos hacerlas como en otras circunstancias para no asustar a los jabalíes, la logística es muy importante”, pero cree que los cazadores pueden colaborar de otras maneras. “No se puede cazar dentro del perímetro, pero tienen trampas y los cazadores del país nos pueden ayudar“. Las actuaciones ahora se centran en colocar trampas, vallas para evitar que los animales se vayan o se esparzan, repelentes y hacer controles cinegéticos.

¿Qué es el control cinegético?

El control cinegético es el conjunto de medidas reguladas y autorizadas por la administración competente para reducir o gestionar poblaciones de especies cinegéticas (como jabalíes o conejos) que causan perjuicios significativos a la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la salud pública o la seguridad vial. Se realiza mediante métodos específicos como capturas selectivas, esperas con escopeta, jaulas, hurones o cetrería, siempre con protocolos de bioseguridad y límites temporales para garantizar la sostenibilidad. En España, la gestión cinegética está principalmente bajo competencia de las comunidades autónomas, pero hay unidades militares y cuerpos oficiales que colaboran en la vigilancia y el control en áreas específicas, especialmente en zonas de influencia militar o donde interfieren facultades especiales. La unidad del Ejército español especializada en el control cinegético es el Negociado de Control Cinegético del Ala 11 del Ejército del Aire, situado en la Base Aérea de Morón (Sevilla). El Ala 11 tiene entre sus funciones el control del medio ambiente natural y de la fauna en su área de influencia. 

“Lo que hacemos estos días es crítico”

Cataluña se juega mucho en estas tareas para controlar el brote. “Lo que hacemos estos días es crítico. Hacía 30 años que la enfermedad estaba erradicada. Todo el mundo está pendiente de este brote y de lo que estamos haciendo para reabrir exportaciones alimentarias”. El consejero ha explicado que  “el país se está jugando mucho, la economía catalana puede resentirse mucho”, y por eso “tenemos que hacer las cosas con transparencia, coordinación, cumpliendo los reglamentos para poder reabrir las exportaciones”. El consejero explica que “Cataluña tiene un impacto de 3.000 millones de exportaciones al mundo, de estos mil millones fuera de la UE, y exportamos a más de cien países. El mismo gobierno cuando hay un positivo suspende los certificados exportación. A partir de aquí se negocia país por país para hacer una regionalización, para poder restringir la prohibición al radio del foco y que el resto lo pueda hacer”.

El Gobierno, y el consejero en particular, no se cansa de pedir a la ciudadanía que no se acerque a Collserola y a los parques naturales. “Ahora nos tenemos que centrar en la contención del virus, por eso pedimos no acceder al medio natural. La gente está enterada de lo que pasa, de las consecuencias, y pedimos unos días, nos jugamos mucho”. A pesar de ello, remarca que la prohibición es sobre todo de acceder al medio natural de los parques, restringir las actividades al aire libre próximas a la zona del foco, pero las personas pueden acceder a sus casas, a las empresas y se descarta que se suspendan las clases en la Universitat Autònoma de Bellaterra, muy próxima a donde se encontraron los primeros animales infectados. También ha hecho un llamamiento a aquellos que encuentren algún animal muerto, que lo comuniquen al 112. El consejero da por hecho que habrá más positivos en los próximos días, porque “han ido encontrando otros animales en el radio de 6 y 20 kilómetros, recibimos muchas llamadas y se están llevando al laboratorio. Veremos qué dicen las pruebas, pero se están encontrando más animales muertos, y veremos si se confirman o no se confirman los positivos”.