El TSJC ha condenado a un año de prisión a Pol Serena. El joven fue juzgado por agredir tres mossos de escuadra durante la huelga general del 21 de febrero del 2019. La Fiscalía pedía 8 años de prisión por los delitos de desórdenes públicos, atentado contra la autoridad, lesiones y  ocupación de vías públicas.

La sentencia todavía no se ha hecho pública, pero el grupo de apoyo de Serena lo ha comunicado en las redes sociales.

 

Durante su declaración en el juicio, Pol Serena dijo que quería que la policía se alejara para poder marcharse de la estación de Rodalies de la plaza Catalunya, y en ningún caso quería hacer daño a los agentes, ya que la botella que lo acusan de haber tirado, no se podía dirigir con fuerza contra nadie.

Los hechos pasaron el 21 de febrero del 2019, en el contexto de la huelga general convocada en contra del inicio del juicio del 1-O en el Tribunal Supremo. En el escrito de acusación, la fiscalía sostiene que junto con el otro acusado por los mismos hechos, bajaron a las vías del tren entorpeciendo la circulación "actuando de forma concertada y con el propósito común de atentar contra la paz pública". Añade que esta acción provocó afectaciones en 27 trenes y retrasos de 294 minutos.

La fiscalía, en su intervención, dijo que hicieron lanzamientos de "todo tipo de objetos", y que Serena lanzó una lata de cerveza que impactó en el brazo derecho de un agente, otra lata de cerveza impactó en la cabeza de otro agente con casco, y una botella de agua a un tercer agente que esquivó el lanzamiento. A consecuencia de los lanzamientos, según el texto de la acusación, dos agentes resultaron heridos, ambos tardaron tres días en recuperarse, pero pudieron trabajar con normalidad. En concreto, un agente sufrió lesiones en el muslo izquierdo y el otro sufrió contusiones en el antebrazo derecho. Cuatro meses después de los hechos, dos patrullas de los Mossos fueron a detener a Serena a su casa.

Algunos de los antidisturbios que declararon durante el juicio lo identificaron como uno de los que les tiró objetos contundentes, y otros han explicado que lo identificaron posteriormente en imágenes extraídas de redes sociales abiertas, ya que Serena formaba parte del grupo casteller de los Capgrossos de Mataró, donde vivía. De hecho, uno de los mossos ha relatado que Serena estaba "muy agresivo" hacia ellos e instigaba al resto de manifestantes a tirar objetos a la línea policial.

El otro acusado, absuelto en el juicio

El joven juzgado junto con Pol Serena quedó absuelto durante el juicio. Un hecho inusual que pasa muy pocas veces y que ha pasado en uno de los juicios pendientes contra los más de 3.000 represaliados acusados por su intervención en varias convocatorias independentistas.

Los Mossos que declararon no lo pudieron identificar como autor de ningún desorden público, y él mismo ha negado haber participado en los disturbios. De hecho, no se puede probar que el 21 de febrero del 2019 estuviera en la manifestación.

Por eso la fiscalía retiró la acusación. La Generalitat no lo acusaba. Y al magistrado presidente lo absolvió 'in voce' al final del juicio, que ha quedado visto para sentencia solo para Pol Serena. La fiscalía le pedía ocho años de prisión y 2.370 euros entre multas e indemnizaciones por desórdenes públicos, atentado contra la autoridad y lesiones leves. La Generalitat le pedía seis meses de prisión y 227 euros de indemnización.