La figuerense Pilar Abel ha insistido en que su padre es el pintor Salvador Dalí, remitiéndose a los resultados de las pruebas que reclama: "A mí que me ataquen, pero la verdad la dirá la exhumación y el ADN", después de que una jueza haya ordenado exhumar los restos de Dalí por su demanda de paternidad. En una entrevista a Europa Press, ha pronosticado que la exhumación se producirá enseguida y que finalmente podrá saber quién es: "Quizás me llaman la semana que viene para mi ADN".

A la espera de pruebas

Con un gran número de entrevistas realizadas desde el día que la jueza ordenó la exhumación, Abel asegura estar muy cansada, por el estrés, la emoción y "un conjunto de cosas". "Veo que se solucionará el 18 de septiembre y que la exhumación sigue adelante", ha dicho sobre la fecha del juicio previsto sobre la paternidad del artista. Y ha replicado a las críticas afirmando que, a estas alturas del proceso, está muy contenta porque "estas tonterías se están poniendo en contradicción".

¿Padre?

"Bendigo la hora que se conocieron, y, si se amaron, adelante", ha añadido Abel sobre su madre y Dalí, y ha pedido que se haga justicia, ya que ella tiene derecho a saber quién es. Abel ha defendido que ha heredado de Salvador Dalí su genio, y que esto se evidencia cuando la entrevistan y se enfada: "El mal genio me sale". Ha subrayado que, a pesar de que la demanda la lleva ella, su madre no tiene Alzheimer y que está impedida "de cintura hacia abajo", aunque tiene algunas lagunas.

El papel de la abuela

Pilar Abel ha recordado que fue su abuela la que de pequeño le dijo que su padre era un famoso pintor que se llamaba Dalí: "Aquel hombre me daba un poco de respeto". "A partir de entonces callé", ha explicado la figuerense, que asegura que su padrastro no la aceptó nunca porque sabía que ella no era su hija. Ha añadido: "Yo siempre fui la niña arrinconada y apartada que estaba en casa de mi abuela o a Roses o a Castelló; en todos lados, menos en mi casa".

La reclamación

Después de casarse para huir de su casa y fracasar en su matrimonio, Pilar Abel empezó a trabajar en Girona y un día de 2007, yendo en coche con su hija y un conocido y oyéndolos hablar de pintura, ella les dijo: "¡Si supierais quién es mi padre!". A partir de aquel momento, algunos conocidos la animaron a desentrañar su "secreto", ayudándola a llegar hasta uno de los grandes expertos actuales sobre Dalí, Nicolas Descharnes. "Cuando le dije el nombre de mi madre, Antonia Martínez d'Haro, mostró mucho interés", ha explicado Abel. Después, una conocida que trabajaba en un restaurante contactó con ella para decirle que un señor quería hablarle y la citaba en un lugar concreto.

El enigma de la máscara mortuoria

Según relata Abel, allí se presentó un hombre mostrándole una fotografía de una máscara mortuoria del artista que se le iba entregar en Girona a través de una conocida: "La acompañé, me senté y vi cómo un hombre le daba una caja de zapatos". Pero Abel lamenta no haber tenido nunca acceso a los resultados del ADN de la máscara. Asegura, a pesar de todo, que ella no tiene ninguna duda: "Mi madre no para de decírmelo. Tengo su testimonio, el de mi abuela, el de una cuidadora de mi madre y el ADN," afirma Abel, que asegura que todas sus perquisiciones se están grabando en vídeo. Y añade: "Mi madre lo único que quiere es que se haga justicia, igual que yo".