Una de cada cuatro personas (24,1%) se encuentra en situación de exclusión social en las 25 poblaciones de la diócesis de Barcelona, que comprende la comarca del Barcelonès, parte del Maresme y del Baix Llobregat. Así lo muestra el último informe de la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (FOESSA), que por primera vez analiza los datos del territorio de una diócesis. En el conjunto de Catalunya, la exclusión social afecta el 19,4% de la población y a España, el 18,4%, según FOESSA. El director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, pide a las fuerzas políticas y a las administraciones que "se pongan de acuerdo" para solucionar esta realidad de exclusión social. Preguntado por el pacto de Gobierno y comunes para subir los impuestos a las rentas más altas, Busquets se ha mostrado favorable a esta política pero ha advertido que "tan importante es el incremento como la buena administración [de los ingresos que se consigan]".

Cáritas Diocesana de Barcelona alerta de realidades "muy duras de exclusión" a la capital catalana y otras ciudades como l'Hospitalet de Llobregat, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs o Cornellà de Llobregat; unas realidades que están relacionadas con "carencias estructurales", como son la exclusión residencial, es decir, las dificultades para tener una vivienda digna; la precariedad laboral y la acogida de personas que huyen de países en conflicto. Esta situación preocupa a la entidad, que constata que, para dar respuesta a estas carencias, se necesitan "grandes acuerdos" políticos.

Cáritas Barcelona señala que se están encontrando con muchas personas que migran de situaciones de violencia. Cada vez atienden a más personas de países centroamericanos y sudamericanos.

Busquets ha alertado también de que las familias cada vez tienen menos capacidad para ayudar a sus miembros en situación más frágil. Es lo que Cáritas denomina "fatiga de la compasión", pero no por falta de solidaridad, sino por agotamiento de los recursos. Las familias se ayudaron durante la crisis económica, pero ahora algunas situaciones empiezan a ser insostenibles. El director de la entidad ha puesto como ejemplo aquellas situaciones en que personas mayores ayudan con sus pensiones a los hijos o las hogar donde viven más de una unidad familiar.

Caras de la exclusión: vivienda, trabajo, salud, alimentación

Según el informe FOESSA, son 646.000 personas las que viven en una situación de exclusión social en los territorios de la diócesis de Barcelona. La desigualdad aumenta y la exclusión social se enquista.

Uno de los principales factores de exclusión es no tener una vivienda digna. Según el documento, 190.000 personas viven en viviendas inseguras en la diócesis de Barcelona -de realquiler, en proceso de desahucio, con situaciones de violencia familiar- y 670.000 en viviendas inadecuadas -en condiciones de insalubridad, de amontonamiento. Además, 455.000 personas viven en pobreza severa después de pagar los gastos de vivienda -les quedan 285 euros para pasar el mes en el caso de los hogares con una persona y 599, en las de dos adultos y dos menores-, una situación derivada del aumento del precio del alquiler y de la precariedad laboral.

El informe también alerta de esta precarización del trabajo, que ha pasado de ser un factor de protección a un factor de exclusión. Uno de los principales problemas es una temporalidad excesiva: uno de cada tres contratos tiene una duración de siete días o menos, según datos a nivel estatal que recoge la entidad. Eso hace que los trabajadores entren rápidamente al mercado laboral pero que sean expulsados con la misma rapidez.

Otra de las realidades que recoge Cáritas Diocesana es que un 4% de la población, unas 100.000 personas, viven en hogares sin una alimentación básica. Según la entidad, la renta garantizada de ciudadanía no llega a una de cada dos personas en situación de pobreza severa.

La entidad alerta que la exclusión se triplica si no se han finalizado los estudios. También, que el 34% de la población en exclusión social tienen dificultades económicas para adquirir los materiales escolares, mientras que en el conjunto de Catalunya es del 26%.

El 13% de la población de estas poblaciones, 352.000 personas, han dejado de comprar medicinas y seguir tratamientos por problemas económicos. Por eso, alertan de que salud y exclusión social tienen una relación bidireccional. Además, un 15% de las personas se encuentran en situación de aislamiento. Por otra parte, Cáritas constata que las personas en situación de exclusión social votan menos que el resto, porque no perciben que sus necesidades estén representadas.

Mujeres, migrantes y familias con menores, el rostro de la exclusión

El informe también recoge que las mujeres tienen más riesgo de caer en la exclusión social (27%, mientras que los hombres son un 19%). Las personas migrantes tienen el triple de posibilidades de caer en la exclusión. También tienen más riesgo las familias numerosas o monoparentales.

Las familias con menores están más expuestas a la exclusión social. El 27% de los menores se encuentra en esta situación. Cáritas alerta que sufrir dificultades económicas durante la infancia duplica la probabilidad de caer en la pobreza o la exclusión en la etapa adulta.