El periodista vasco Pablo González, detenido en Polonia al principio de la invasión de Ucrania, lleva su encarcelamiento al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). En la exposición de motivos que ha remitido a Estrasburgo consultado por Público y El Salto, asegura que la situación que vive desde hace casi 7 meses entre rejas, durante los cuales ha tenido muy poco contacto con su familia, constituyen "una violación de la Convención de Derechos Humanos". Entre otros hechos, destaca que no ha podido oír la voz de sus hijos menores de edad desde que lo pusieron en prisión preventiva, acusado de ser un espía ruso. Además, González denuncia que las condiciones de su largo encarcelamiento preventivo, que incluye el aislamiento casi total del resto de los encarcelados en una celda en mal estado y la falta de privacidad, tampoco respetan los derechos humanos.

"Humillante"

González denuncia ante Estrasburgo que las condiciones de su encarcelamiento preventivo en Radón, a unos 40 kilómetros de Varsovia, no cumple con las "garantías de justicia mínimas" para respetar sus derechos humanos. Desde su detención en Polonia el 28 de febrero mientras intentaba informar de la guerra que acababa de estallar en el otro lado de la frontera, el periodista vasco nacido en Moscú asegura que casi no se ha podido comunicar con sus familiares, y que las autoridades del centro penitenciario no han hecho más que ponerle trabas. No tiene privacidad, le abren todas las cartas que envía y las traducen. También le ha sido difícil recibir asistencia médica, y cuando lo ha conseguido ha estado presente un vigilante de seguridad. Además, el aislamiento no es únicamente de su familia, quien tiene físicamente muy lejos, sino también del resto de reclusos de la prisión. González asegura que lo cierran en una celda con hongos y humedades durante una gran parte del día, y que cuando lo dejan salir al patio--solamente por una hora-- y recibe comida, lo ha de hacer esposado. El periodista también describe los registros "humillantes" rutinarios que los vigilantes le hacen hacer totalmente desnudo.

Derechos humanos

Las extrañas circunstancias que rodean el caso, como las visitas del CNI a familiares de González y el apoyo del presidente Pedro Sánchez al controvertido sistema judicial polaco, ha causado estupefacción internacional. Sin ir más lejos, el grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU, a petición del abogado Gonzalo Boye, estudiará el caso. Por otra parte, órganos como el Consejo de Europa y Reporteros Sin Fronteras han condenado la detención. En el caso de los últimos, han enviado una petición a la Fiscalía polaca donde exigen la libertad de González y tildan las razones para encarcelarlo de "ilegítimas".