La sequía sigue dando quebraderos de cabeza al Govern y a las empresas operadoras del agua, que han previsto un escenario muy preocupante y que tiene que ver con la calidad del agua para el consumo humano en el área metropolitana de Barcelona. Según publica El Periódico, la sequía que ha empeorado la calidad del agua en los últimos meses, puede derivar en una situación nunca vista y hasta ahora inimaginable, y es que el agua que sale por el grifo no supere alguno de los indicadores fijados por la ley (en el Real decreto 3/2023) y no se pueda catalogar como potable y, por lo tanto, no sea apta para el consumo humano, aunque no existiría un peligro sanitario para la población.

Recomendar no beber ni cocinar

La baja cantidad de agua en acuíferos y embalses provoca más concentraciones de contaminantes y compromete la calidad del agua. En los últimos meses, ya se han detectado en las redes de distribución del agua contaminantes como nitratos, sulfatos, plaguicidas, cloruros, sodio o materia orgánica, según explica el rotativo. El hecho de que cada vez baje menos agua procedente de los embalses, que en la actualidad están en menos del 15% de su capacidad, hace que aumente la concentración de estos contaminantes, y también las sustancias que se utilizan para la desinfección, lo que afecta tanto al agua que llega de los embalses como también las de los acuíferos, y del agua regenerada. El hecho de que el agua no cumpla con la normativa para ser declarada 'potable', no significa que comporte un peligro para la salud de las personas que la consumen, sino que ciertos indicadores que marca la ley se superarían y no estarían cumpliendo, como por ejemplo, los umbrales marcados en cloruros o trihalometanos. Pero la administración tendría que recomendar a los ciudadanos no beber o cocinar con el agua del grifo.

Más actuaciones e inversiones

En los últimos meses, tanto la ACA como las empresas suministradoras de agua, han aumentado las actuaciones para activar más tratamientos para garantizar la calidad del agua, y también han intensificado los controles para detectar posibles incidencias. Según explica el rotativo, existen inversiones que tienen que servir para que Barcelona disponga de más agua, y además de obras de mejora en potabilizadoras, como la de Cardedeu, que tienen que servir para garantizar el tratamiento del agua. En caso de que no llueva y la sequía empeore, llegando a este escenario de que peligre el agua potable en el área metropolitana de Barcelona, se tendría que traer agua de más calidad a través de soluciones alternativas como los barcos, ríos o desalinizadoras, con el fin de diluir la que no es potable y así rebajar los contaminantes a fin de que no se superen los límites que marca la ley.