El papa Francisco concluyó este martes su viaje a Malmö (Suecia), donde participó en una conmemoración de los 500 años de la Reforma protestante de Martín Lutero. Francisco llegó el pasado lunes para participar en la ceremonia conjunta entre luteranos y católicos organizada por la Federación Luterana Mundial con ocasión del aniversario de las Tesis de Wittemberg (1417), en las que se basa la Reforma protestante y la posterior reacción catòlica (la Contrarreforma). Esa rivalidad religiosa y política originó las llamadas "guerras de religión" en Europa, que se cerraron con la Paz de Westfalia de 1648.

El viaje ha servido a Francisco para tender un puente con los luteranos, que representan a 74 millones de personas en el mundo, y con quienes continuará el diálogo teológico. Durante una oración ecuménica en la catedral luterana de Lund, el lunes, Francisco exhortó a los fieles de ambas iglesias a "mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez”.

"No podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros. Tenemos la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros", afirmó el papa.

El papa y el presidente de la Federación Luterana Mundial, Munib Younamse, han firmado un importante documento de colaboración humanitaria, en el que se insta "a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo"

En el documento, ambas Iglesias esperan "impulso y fortaleza" para "seguir juntos en el servicio, defendiendo los derechos humanos y la dignidad, especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda forma de violencia".

En la misa que cerraba su visita, este martes, Francisco instó nuevamente a la unidad de los cristianos y al respeto entre las varias Iglesias. "A nuestra Madre del cielo le encomendamos nuestras intenciones y el diálogo en busca de la plena comunión de todos los cristianos, para que seamos bendecidos en nuestros esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad", fueron las palabras finales de su homilía en el estadio Swedbank de Malmö.

Unos 15.000 católicos asistieron a la misa, junto a representantes de la Federación Luterana, con la arzobispo luterana Antje Jackelen al frente, en otro nuevo gesto de acercamiento entre Iglesias

Francisco había explicado en una entrevista la semana pasada que al inicio no se preveía que celebrara una misa para los católicos en este viaje porque se "quería insistir en un testimonio ecuménico". Pero "respondiendo a la ferviente petición de la comunidad católica" también de Dinamarca y Noruega decidió celebrar una misa extendiendo el viaje otro día.

"De hecho quería que la misa no se celebrara ni el mismo día y ni en el mismo lugar del encuentro ecuménico, para evitar que se confundieran los niveles", agregó Francisco.

Por ello aunque la homilía estuvo dedicada a la santidad (el 1 de noviembre es ell día de todos los santos para los católicos), Francisco no dejó de hacer referencia a la necesidad de unidad entre cristianos. "Bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos", agregó el papa durante su alocución. Y les instó "como católicos formamos parte de una gran familia, sostenida por una misma comunión a vivir su fe en la oración, en los Sacramentos y en el servicio generoso ante quien tiene necesidad y sufre".

En Suecia la mayoría es luterana y los católicos son poco más del 1 %. Francisco les exhortó "a actuar al estilo de Jesús, con gran respeto y solidaridad con los hermanos y hermanas de las otras Iglesias y comunidades cristianas y con todas las personas de buena voluntad".