Casi un año después de la erupción del volcán Cumbre Vieja, situado en La Palma y que mantuvo en vilo todo el Estado durante semanas en las que la lava se comió decenas de casas, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) calcula que el ascenso del magma desde fuentes profundas del manto bajo la isla y que acabó desembocando en la erupción comenzó entre 2008 y 2013. Posteriormente, en 2020, hubo "otros aportes importantes de magma", sostienen varios investigadores del Involcan en un artículo publicado en Geophysical Research Letters, una de las principales revistas científicas internacionales de la Sociedad Geofísica Americana.

Los autores de este trabajo explican cómo la emisión de helio-3, liberado desde las profundidades del manto terrestre y presente en los gases burbujeantes de un manantial mineral frío rico en CO2, en el interior de La Caldera de Taburiente, un parque nacional y espacio natural protegido de la zona, mostraron ser los primeros indicadores geoquímicos que reflejaban cambios en la actividad magmática bajo la isla. Estos indicadores, defienden los investigadores de Involcan, pueden ser considerados señales precursoras de la erupción de Cumbre Vieja de 2021.

Otros estudios sobre el volcán Cumbre Vieja 

En los últimos meses, se han llevado a cabo diferentes estudios a partir de la erupción de este volcán, que después de semanas de dudas y preocupación terminó entrando en erupción el 19 de setiembre de 2021. Por ejemplo, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha publicado un nuevo hilo en redes sociales en el que recuerda que justo hace un año se detectaron los primeros indicios de deformación en la superficie de La Palma, a través de un inclinómetro situado al este de la intrusión magmática.

Los inclinómetros empleados en la vigilancia volcánica tienen una precisión mayor que un microradián, que sería equivalente a medir la inclinación de una línea de un kilómetro de longitud que se levantase un milímetro en un extremo. Estos instrumentos, abunda el IGN, son muy sensibles a los cambios de temperatura y humedad y se deben situar en lugares muy aislados como cuevas o galerías.El 13 de septiembre de 2021 la sismicidad seguía siendo intensa, aunque decayó algo a lo largo del día, y se empezó a observar un ascenso de los terremotos situándose a 8 kilómetros de profundidad.