Una pasajera de Vueling, que tenía que volar ayer a San Petersburgo con su familia, ha relatado la odisea que han vivido en el aeropuerto del Prat durante más de nueve horas. Su vuelo estaba programado para las 23:10 de este sábado, pero cerca de las 8 de la mañana de este domingo todavía tenían que salir.

Esta situación ha coincidido con los retrasos, cancelaciones y acumulación de vuelos que ha sufrido el aeropuerto del Prat a causa de la huelga del personal del suelo de Iberia y las malas condiciones meteorológicas de ayer por la mañana.

La larga noche de Mireia y su familia, con un bebé entre ellos, empezó anoche cuando les informaron de un retraso de su vuelo. Cuando ya hacían cola para embarcar, una hora más tarde, el vuelo fue cancelado y se desató el "caos". Era el segundo vuelo cancelado en un solo día dirección San Petersburgo, así que había pasajeros que hacía horas que esperaban en el aeropuerto.

Sólo dos trabajadores de Vueling tuvieron que gestionar la cancelación y quejas de todos los pasajeros del vuelo. La compañía valoró pagar a los pasajeros una noche de hotel, cosa que acabó siendo imposible, o facilitar una "sala de descanso" para familias, propuesta que indignó al resto de pasajeros afectados.

A las dos de la madrugada, se hizo regresar a los pasajeros al hall del aeropuerto -pasando los controles de seguridad incluidos- y se dió un colchón inchable y una manta a las familias con hijos. Después de pasar la noche en estas condiciones en el vestíbulo del aeropuerto, el vuelo ha acabado saliendo a las 08:23 de la mañana, con más de nueve horas de retraso.

A continuación, se puede ver el relato que ha hecho la pasajera en un hilo de Twitter: