Los obispos de Catalunya empiezan el lunes, durante cinco días, la preceptiva visita 'ad limina apostolorum' al Vaticano, que todos los obispos católicos tienen que hacer cada cinco años para, entre otras cosas, rendir cuentas sobre la gestión de sus diócesis, visitar las tumbas de los apóstoles y expresar al Papa sus preocupaciones. La visita estará encabezada por el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Joan Josep Omella, y habrán pasado 7 años desde que los obispos de Catalunya hicieron la última en 2014, un retraso motivado por la pandemia.

Según informa la agencia Efe, la visita comprenderá una peregrinación en las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo "como expresión de comunión eclesial", un encuentro con el papa Francisco, en lo que informarán sobre la situación de la Iglesia en cada diócesis y la celebración de la Eucaristía en las cuatro basílicas mayores de Roma.

Los obispos catalanes, organizados en la Conferencia Episcopal Tarraconense, también mantendrán reuniones con los principales Dicasterios (ministerios del Vaticano): la Congregación para los Obispos, Doctrina de la Fe, Clericato, Institutos de Vida Consagrada, Educación Católica, Culto Divino, Laicos, Nueva Evangelización, Familia y Vida, Promoción para el Desarrollo Humano Integral, Comunicación, y también con la Secretaría de Estado.

"Peregrinación de fe"

El arzobispo primado de Tarragona, Joan Planellas, que viajará mañana domingo a Roma y no tiene previsto volver hasta el día 16, ha avanzado que durante la visita "seguro que habrá tiempo para tratar temas y problemas diversos sobre el presente y el futuro inmediato de nuestra Iglesia". Planellas, que valora la audiencia que tendrán con el papa Francisco, ha explicado que la visita 'ad limina' "no es una visita a título particular, sino que se trata "de una peregrinación de fe".

Planellas también ha adelantado que en la audiencia con el Pontífice le hablará de sus fieles, "de los jóvenes y no tan jóvenes que se apresuran para acercarse a Cristo, de la falta de vocaciones sacerdotales y de la vida consagrada, de las dificultades de muchos laicos y laicas para entregarse con generosidad".

Por su parte, el arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives, opina que esta visita "fortalecerá la comunión eclesial" y recuerda que durante diciembre y enero, en cuatro grupos, todos los obispos de la Conferencia Episcopal Española hacen a la visita 'ad limina Apostolorum' en Roma.

Visita cada cinco años

El Código de Derecho Canónico manda que "cada cinco años el Obispo diocesano tiene que presentar al Pontífice Romano una relación sobre la situación de su Diócesis, según el modelo determinado por la Sede Apostólica y en el tiempo por ella establecido", y en los meses posteriores a la presentación de este informe quinquenal se presente ante el Papa para explicarlo. Según Vives, estos deberes vienen "de una antiquísima y venerable tradición teológica, canónica y espiritual que podría remontarse al siglo V, después de la caída del Imperio Romano".

"Se comprende -añade el arzobispo de Urgell- que entre las cosas importantes que son reclamadas a todo obispo diocesano se encuentre la obligación de tener un especial contacto con el Santo Padre, de manera que este, como sucesor de San Pedro, pueda dedicar atención a esta particular porción del Pueblo de Dios que es la Diócesis, la esposa que el obispo tiene encomendada".

Informes detallados por diócesis

El obispo de Girona, Francesc Pardo, que hace unos meses presentó su renuncia al cargo al Papa al cumplir la preceptiva edad de jubilación a los 75 años, ha explicado que los obispos han tenido que enviar previamente al Vaticano un detallado informe sobre su diócesis.

Este informe, que se reparte a los Dicasterios, incluye datos personales del obispo, la situación religiosa y moral del obispado, el número de católicos, de presbíteros, diáconos y religiosos y religiosas, los movimientos de apostolado, la economía, los datos sociológicas –como por ejemplo de habitantes, extensión, clima, idioma prioritario, de la curia, de las parroquias, de las delegaciones, de los santuarios, de las fundaciones, de otras religiones, del gobierno civil...- además de todas aquellas características propias de cada diócesis. "Durante los días en Roma visitaremos las diferentes comisiones vaticanas, que han recibido los informes previos, para dialogar sobre las cuestiones que sugieran", concreta al obispo gerundense.

Pardo ha recordado que, a pesar de rendir cuentas, "las diócesis no son sucursales de la Iglesia de Roma, sino verdaderas Iglesias en comunión" y ha defendido que "esta visita es una ocasión para remarcar la importancia e identidad de cada diócesis, de su rostro, sus fortalezas, sus debilidades y sus grandes retos".