El administrador de la NASA Bill Nelson ha criticado a China por "no estar cumpliendo con los estándares de responsabilidad respecto a sus desechos espaciales" después de que el cohete Long March 5B cayera en el océano Índico

El tamaño del objeto, con una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros, y la velocidad a la que avanzaba -unos 28.000 kilómetros por hora- motivó la activación de varios de los servicios de vigilancia espacial más importantes del mundo, entre ellos el Pentágono o el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST).

En esta línea, algunos estadounidenses criticaron que el programa especial chino permitiera el reingreso incontrolado de un cohete tan grande. Y es que esta familia de cohetes carece de un sistema de propulsión adicional que les permita regresar a una zona concreta de la Tierra, lo que ya provocó en el año 2000 que uno de ellos cayera en el océano Atlántico y sobre Costa de Marfil.

Tampoco es la primera vez que una nave china queda en el punto de mira de servicios de vigilancia de todo el mundo: en abril de 2018 el laboratorio orbital Tiangong 1, que estaba en desuso desde 2016 y que vagaba sin control, reentró en la atmósfera terrestre sobre el océano Pacífico sur.

China debe actuar "de manera responsable"

"Los países con capacidades espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y las propiedades de la reentrada de objetos espaciales, así como maximizar la transparencia sobre esas operaciones", ha señalado Nelson en un comunicado este domingo. También ha remarcado que "es fundamental que China actúe de manera responsable y transparente para garantizar la seguridad, la estabilidad y la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior".

Y es que el ambicioso programa chino tiene previstos hasta once lanzamientos de este tipo entre 2021 y 2022, a fin de completar la construcción de su estación espacial antes del comienzo de 2023. De esas 11 misiones previstas entre este año y el que viene, cuatro serán tripuladas y otras cuatro serán de carga.

Según la agencia Xinhua, la estación espacial orbitará la Tierra a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, y está diseñada para durar unos 10 años, aunque los expertos confían en que pueda aguantar más de 15. Sin embargo, la estación espacial es solo una de las patas del programa espacial chino, que, por ejemplo, prevé llegar a Marte en las próximas semanas mediante la sonda Tianwen-1.