El cohete chino que estaba fuera de control ya ha caído en la Tierra. La mayor parte de los restos del Long March 5B se desintegraron este domingo al colisionar con la atmósfera y cayeron en el océano Índico, poniendo fin a las especulaciones sobre si su regreso a la Tierra podía causar daños.

La Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada de China informó en un comunicado de que los restos o "escombros" reentraron en la atmósfera terrestre a las 10.24 de esta mañana y cayeron a 72.47 grados de longitud este y 2.65 grados de latitud norte. Las coordenadas quedan en torno a las islas Maldivas en el océano Índico, al sur de la India, apunta la prensa local, mientras que el organismo señala que la mayor parte de los restos se desintegraron al colisionar con la atmósfera terrestre.

El tamaño del objeto, con una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros, y la velocidad a la que avanzaba - unos 28.000 kilómetros por hora - motivó la activación de varios de los servicios de vigilancia espacial más importantes del mundo, entre ellos el Pentágono o el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST). Esta agencia ya adelantó el pasado viernes que los restos del cohete caerían en una región de la Tierra cubierta en su mayor parte por el océano o áreas deshabitadas, y que la probabilidad estadística de un impacto en suelo en áreas pobladas era baja.

"Altamente improbable" que causara daños

China también aseveró el mismo viernes que era "altamente improbable" que los restos del cohete causaran daños en su regreso a la Tierra, y que lo más plausible era que se desintegraran durante su reentrada a la atmósfera. En ese sentido, el experto chino Song Zhongping comentó hoy al diario Global Times que es "completamente normal" que restos de cohetes regresen a la Tierra, lo cual es "una práctica común que llevan a cabo muchos otros países, como por ejemplo Estados Unidos".

Según este diario, el cohete estaba compuesto de "materiales livianos" y que, por tanto, "era de esperar que la mayor parte de los restos se desintegraran al entrar en contacto con la atmósfera". Estos días, los medios locales han acusado a la prensa extranjera de sensacionalismo y calificado las informaciones al respecto de "exageraciones que solo buscan desacreditar al país asiático".

Críticas desde la NASA

Algunos expertos consideraron los restos del Long March 5B, utilizado para lanzar al espacio uno de los módulos de la futura estación espacial china, era uno de los mayores trozos de escombros en regresar a la Tierra, y de ahí su vigilancia continuada. También científicos estadounidenses criticaron que el programa especial chino permitiera el reingreso incontrolado de un cohete tan grande, y hoy el administrador de la NASA Bill Nelson reprendió al país asiático por "no estar cumpliendo con los estándares de responsabilidad respecto a sus desechos espaciales".

Las críticas vienen dado que esta familia de cohetes carece de un sistema de propulsión adicional que les permita regresar a una zona concreta de la Tierra, lo que ya provocó en el año 2000 que uno de ellos cayera en el océano Atlántico y sobre Costa de Marfil. Tampoco es la primera vez que una nave china queda en el punto de mira de servicios de vigilancia de todo el mundo: en abril de 2018 el laboratorio orbital Tiangong 1, que estaba en desuso desde 2016 y que vagaba sin control, reentró en la atmósfera terrestre sobre el océano Pacífico sur. 

 

Imagen principal: El despegue del cohete chino que perdió el control y cayó en el Océano Índico. / Europa Press