El Servei Català de Trànsit (SCT) impuso el 2016 18.829 sanciones firmes por distracciones con el móvil u otros dispositivos durante la conducción, un 17,55% más que el año anterior, cuando se habían aplicado 16.018. Desde el año pasado, el uso del móvil en el volante se ha convertido en uno de los grandes frentes de batalla del Departament d'Interior, después del incremento de la siniestralidad en el 2015 y que las distracciones se mantengan como el principal factor concurrente de accidentes.

En una entrevista en la ACN, la directora del SCT, Eugenia Doménech, afirma que continuarán con la vigilancia y control intensivos de las distracciones y señala que "tiene que haber una percepción clarísima que "conducir manipulando el móvil es muy peligroso".

Conductores enviando un whatsapp mientras avanzan, poco a poco, en una retención de entrada en la ciudad de Barcelona. Conductores incorporándose en un carril mientras hablan por teléfono sin el sistema de manos libres. Y conductores respondiendo un correo electrónico, sin ningún pudor, mientras esperan que el semáforo se ponga verde. Aunque se han convertido en estampas viarias muy habituales, su peligro es clamoroso. Las distracciones son el principal factor concurrente de la siniestralidad viaria; en el 2015 causaron el 31,83% de los accidentes; en el 2016, el 28,45%.

Si se circula a 50 kilómetros por hora y se deja de prestar atención durante cinco segundos, el tiempo que se tarda en coger y desbloquear un terminal, se recorren 69 metros. Si se marca un número de teléfono a 80 kilómetros por hora y, por lo tanto, se desvía la atención durante 8 segundos, son 177 metros los que se adelantan sin mirar a la carretera. Son cálculos facilitados por el SCT. "Aunque se desvíe la atención un instante es muy peligroso. Lo que tienes delante del cristal cuando conduces es totalmente diferente de lo que ves un segundo después", subraya Doménech.


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22.000 sanciones por descuido

La mayoría de las distracciones al volante son por el uso del móvil u otros sistemas de comunicación. En el 2016, la manipulación del teléfono motivó el 86,2% de las 21.826 sanciones firmes -sin posibilidad de recurso- por descuido que el Servei Català de Trànsit aplicó. En total, 18.829 y, por término medio, más de 51 sanciones firmes al día para conducir con el teléfono. En el 2015, este también fue el principal motivo de las sanciones por descuido. De las 18.029 que se impusieron, el 88,8% (16.018) fueron por manipular el móvil a pesar de estar conduciendo.

Utilizar el teléfono u otros dispositivos, aunque esté parado en un semáforo en rojo, es una infracción grave, que supone una sanción económica de 200 euros y la pérdida de tres puntos del permiso. Con el coche en circulación, cualquier uso del móvil y otros dispositivos –como el GPS- se puede sancionar. La directora del SCT insiste en que la mayoría de accidentes se pueden evitar y pide la plena atención cuando se está conduciendo. También insta a los peatones a trabajar para una movilidad segura. Son muchos los que van distraídos con el móvil y pueden provocar situaciones de peligro.

El helicóptero, previsto que vuelva a volar en verano

El Departament d'Interior anunció el año pasado una ofensiva contra el uso del teléfono en el volante con "una intensificación de los controles por aire y por el suelo". El helicóptero tenía que priorizar "de forma sistemática" los controles para cazar estas infracciones gracias a una cámara con un zoom de altísima calidad que permitía detectar y registrar con total claridad el conductor que manipulaba el móvil.

El helicóptero, sin embargo, no puede volar desde junio por un litigio entre la compañía adjudicataria y otra empresa que impugnó la concesión del contrato. Doménech ha explicado al ACN que Trànsit ha abierto un nuevo proceso de contratación y confía en que el helicóptero vuele antes de acabar el primer semestre de este año, en junio o en julio. De momento, la gestión del tráfico se hace sólo con el avión bimotor, aunque no está equipado con la alta tecnología del helicóptero y, además, hace unas semanas que tampoco vuela porque le tocaba una revisión completa.