Se veía a venir un día largo a Gràcia. Se intuía un día duro de manifestaciones y posibles disturbios, pero finalmente el séptimo día en la antigua vila después del desalojo del Banc Expropiat se ha saldado con varias cargas al mediodía cuando unos 300 manifestantes han rodeado el cordón policial que un día más blindaba el local. El objetivo de los manifestantes, pregonado por twitter, era volver a entrar, pero casi una hora antes del inicio de la manifestación, los Mossos d'Esquadra ya tomaban posiciones.

Hoy tenían doble dispositivo. En Gracia y en el centro de la ciudad, en la manifestación contra el TC y por los derechos sociales. La protesta por el Banc Expropiat ha empezado a las 12 horas, se ha alargado hasta pasadas las 15 horas y ha ido subiendo de intensidad aunque, en términos generales, ha sido en la mayor parte de tiempo pacífica. Incluso, uno de los grupos de manifestantes eran familias con los hijos pequeños, los "babyblockers". Niños y niñas que han sido situados ante el cordón policial de Travessera de Gràcia jugaban ante los Mossos mientras en otros puntos, como la calle de la Mare de Déu dels Desemparats, han empezado a echar agua y harina a los antidisturbios y a avanzar posiciones. Aquí es dónde se han producido las cargas a golpe de porra, pero sin carrerillas ni sin dispersar a los manifestantes por el barrio como en otros días de esta semana.

A las tres de la tarde los manifestantes han recogido los trastos para ir a comer. "No tenemos miedo, tenemos hambre", decían en las redes sociales.

La tarde se esperaba intensa y con la caída del día, se especulaba con posibles disturbios e intentos fuertes para entrar en el banco. Pero no ha pasado nada de todo eso. La manifestación prevista para las 20 horas se ha adelantado a las 18 horas. Ha subido hasta la plaza de la Virreina y ha acabado en la plaza Rovira, en el norte de la vila, donde a las 19 horas se ha desconvocado. Y no sólo se ha acabado la marcha, sino que se ha desconvocado también cualquier otra movilización.

Mientras tanto en el Banc Expropiat, los Mossos d'Esquadra han mantenido el cordón policial. Después de que una abuela del barrio increpara a algunos activistas que pasaban curioseando, han improvisado una sentada con cantos y gritos. Una treintena de personas han hecho resistencia pacífica en la calle Mare de Déu dels Desemparats, mientras algunos vecinos se quejaban a la policía por el griterío.

Banc Expropiat no tiene nada más convocado a estas horas. Sólo ha lanzado un tuit a media tarde anunciando que haría un comunicado al atardecer. 

Las cargas de la mañana han dejado un balance de 15 manifestantes heridos y 7 mossos heridos. Hoy las imágenes han captado golpes de porra más arriba de la cintura, algunos a la cabeza, saltándose por parte de alguno de los agentes el protocolo que no permite golpear más arriba de la cintura. Un fotoperiodista ha resultado al mismo tiempo herido por el lanzamiento de una lata de bebida que por parte de uno de los manifestantes.

La jornada ha puesto de manifiesto tensiones con la prensa. A la manifestación de la tarde el gran grueso de medios gráficos han decidido quedarse en la plaza de la Revolució y no seguir la marcha, en señal de protesta por el trato que recibían de algunos manifestantes. "No nos dejan hacer fotos, pues no los seguimos", decía algún fotoperiodista cansado de seguir a los manifestantes y activistas que esta vez lo han puesto más difícil que en otras ocasiones para captar las imágenes tanto de los disturbios como de las cargas policiales. 

Los vecinos, cada vez más hartos

Algunos vecinos han increpado de forma visible hoy, como habían empezado a hacer otros días, a algunos de los manifestantes por los daños e incidentes causados en el barrio.

Un joven, que se ha identificado como Aitor, se ha quejado de que tiene la moto destrozada.

El lunes, el día del desalojo, Aitor tenía la motocicleta aparcada en el lugar reservado para motos que hay delante del Banc Expropiat, y unos desconocidos la destrozaron: "No lo entiendo. La moto no solo estaba tirada. Estaba pisada, con el cristal de delante reventado, la palanca de arranque doblada... Son ratas de alcantarilla", ha indicado muy enfadado a El Nacional

"Si quieren reivindicar que reivindiquen, pero que no rompan las cosas de los otros... si quieren pelearse con los Mossos que lo hagan sin romper nada. ¿Quién lo paga eso? Pues lo tengo que pagar yo que soy joven y no tengo mucho dinero", explica cansado ya de siete días de incidentes.

Aitor ni quiere que le hagamos fotos ni quiere dar su apellido porque tiene miedo de represalias. Explica que los okupas "están diciendo que todo el mundo va con ellos y aquí nadie les da apoyo". "Todo eso es por votos... y ahora quieren perjudicar a Colau y hacen eso", concluye haciendo referencia al alquiler pagado por el gobierno de Xavier Trias medio año antes de las elecciones y meses después de los hechos de Can Vies.