Según un estudio publicado en el 2019, el 28% de los padres británicos lamentaban el primer nombre que habían dado a su hijo. Ahora. la tendencia va a más. Y en Francia ya se han realizado estudios que indican que una de cada dos parejas se arrepiente del nombre escogido por la criatura después de nacer. Así lo concluye la investigadora Anne-Laure Sellier en un artículo publicado hoy en Le Figaro.

El peso del nombre propio "es terriblemente moderno", concluye Sellier que ha recibido a muchos testimonios sobre este tema después de haber publicado El poder de los nombres y la ciencia de los nombres (Heliòpols, 2018 y 2019). A menudo, las decisiones de los padres pesan mucho en el desarrollo de los hijos y el nombre no es una excepción.

Este tema se pone ahora sobre la mesa porque proliferan, cada día, nuevos nombres y el amplio catálogo nos lleva en busca de ser, cada vez más extravagantes. En Francia ya prefieren de 13.000 nombres propios. Después de la Segunda Guerra Mundial sólo a duras penas llegaba a los 2.000.

Proliferan los adultos que se cambian el nombre

"Todos los primeros nombres llevan un mensaje o una carga. Pero son las razones de la elección las que son importantes por el propio nombre. Lo que será difícil después es hacerlo tuyo", asegura François Bonifaix, psicoanalista. Las consecuencias ya son palpables. Cada año, 3.000 personas deciden ir al registro y cambiarse el nombre. En Francia plantean soluciones. Ahora, se debate que cuando una persona cumpla los 18 años, la administración le pregunte sistemáticamente si acepta su primer nombre o si lo quiere cambiar y se pueda romper con el tabú de cambiárselo.

Actualmente hay tres tendencias que nos llevan a escoger un estilo de nombre. De entrada, los padres que escogen un nombre ultraclásico, una estrategia de refugio que tiene como objetivo facilitar la vida, con un nombre atemporal que llegará a todas partes.

Otros, quieren un original o creado desde cero, cosa que es posible con las leyes vigentes. Una estrategia de diferencia adoptada para que el niño experimente su plena individualidad. Los padres creen que su nombre original será sublimado a su hijo.

Finalmente, algunos padres escogen un nombre sin seguir una estrategia específica, sólo porque les ha gustado. Pero es a menudo optan por un nombre que cada vez se pone más de moda, como Leo. Al final, los expertos indican que la elección está influenciada por la sociedad tribal en que vivimos.