El nuevo jefe de los Mossos, el comisario Miquel Esquius, se ha dirigido hoy con una carta a todo el cuerpo de la policía catalana donde pide complicidades y el esfuerzo colectivo para "recuperar la confianza de aquellas instituciones que lo hayan puesto en duda".

En un momento en que el cuerpo está, en parte, judicializado por la investigación del major, Josep Lluís Trapero, y la cúpula política por la Audiencia Nacional, Esquius admite que los Mossos han pasado por "una época difícil" y pide trabajar para "recuperar el orgullo de pertenecer a uno de los cuerpos policiales más antiguos de Europa".

Y por eso pide "la máxima profesionalidad, individual y colectiva, recuperando la confianza de aquellas instituciones que lo hayan puesto en duda".

"Necesitaré la implicación y la ayuda de todas las personas que configuramos el cuerpo. Entre todas, y cada una desde su parcela de responsabilidad, trabajamos para mejorar la seguridad y el bienestar de nuestros conciudadanos", dice Esquius en un comunicado que ha enviado a todos los agentes.

Miquel Esquius reproduce también los motivos de la aceptación del cargo: "He aceptado el encargo por el sentido de la responsabilidad y del deber, como siempre se ha hecho dentro de los Mossos d'Esquadra cuando se ha tenido que asumir un destino o una nueva responsabilidad".

Y ha agradecido a sus antecesores el trabajo hecho: "Me siento heredero de todos los jefes del cuerpo que me han precedido, desde el major Joan Unió, pasando por el comisario Josep Milán, el major Josep Lluís Trapero hasta el comisario Ferran López. Gracias a todos ellos, por el trabajo hecho y por su maestría. Os quiero decir".

Esquius tomó el relevo al frente a los Mossos el 10 de junio después de que el conseller Miquel Buch aceptara la renuncia de Ferran López que cogió la responsabilidad de dirigir el cuerpo durante la implantación del 155 después de la destitución del major, Josep Lluís Trapero.