El exdirector de Método 3 Francisco Marco ha declarado este martes ante el juez del caso Villarejo que empleados suyos colaboraron con el excomisario en la llamada Operación Catalunya, que supuestamente se puso en marcha para investigar la fortuna de los Pujol y su partido, CDC, y cobraron de fondos reservados.

Entre aquellos empleados, ha citado al detective Julián Peribañez, del cual ha asegurado que cobró durante tres años 1.000 euros al mes procedentes de fondos reservados a cargo de Villarejo, han informado fuentes jurídicas presentes en la declaración. Marco también ha señalado a Antonio Giménez Raso, del cual ha dicho que también hizo varios trabajos para la Operación Catalunya. Ha desvinculado Método 3 de estos servicios y ha asegurado que fueron algunos de los empleados de la agencia de detectives los que colaboraron de manera autónoma con Villarejo y que él lo sabía, según han indicado las fuentes.

Marco ha comparecido hoy ante el juez Manuel García Castellón para personarse como perjudicado en la pieza Land, relativa a las disputas familiares por la herencia del promotor inmobiliario. En concreto, por dos informes elaborados para Procisa, la promotora inmobiliaria que fundó el ya fallecido propietario de la lujosa urbanización La Finca en Pozuelo de Alarcón (Madrid) Luis García Cereceda y que fueron encontrados en los registros en la casa de Villarejo.

El exdirector de la agencia de detectives, radicada en Catalunya, ha matizado, no obstante, que sólo reconoce como suyo uno de estos informes, el fechado en julio del 2012 y que elaboró para un despacho de abogados en representación de Silvia Gómez Cuétara, viuda del fundador de la finca y personada como perjudicada en la pieza Land de Villarejo. Del otro informe, fechado en febrero de aquel mismo año, ha dicho que sólo en parte era suyo, pero que tenía añadidos que él no había realizado.

Aquellos informes, según ha explicado, se encontraban en el registro del juzgado de instrucción número 14 de Barcelona y el propio Villarejo declaró que los obtuvo de una fuente policial, según las fuentes. De aquí su personación como perjudicado, ya que entiende que aquellos informes eran personales, uno de ellos completamente elaborado por él, y por lo tanto no tenían que haber circulado.