El juzgado de instrucción 31 de Barcelona ha archivado de nuevo la causa de la muerte de un mantero en Montjuïc el año 2014. El caso se reabrió durante la investigación de la muerte de un guardia urbano de Barcelona que encontraron carbonizado dentro del maletero de su coche en el pantano de Foix. Las alertas se dispararon cuando se detuvo a Rosa Peral y Alberto López, dos policías de Barcelona que también habían estado en la persecución del mantero.

Y se volvió a reabrir el caso a partir de una confesión de Peral a sus compañeras de la prisión. Rosa Peral explicó que Alberto López en aquel momento le había dicho que había matado por ella. El mantero había huido al ver a la policía y después de dar un golpe a Peral se tiró por un terraplén de 20 metros. Posteriormente, murió en el hospital. Según Peral, López habría tenido alguna cosa que ver en la caída.

Pero la jueza Beatriz Balfagón ha tumbado toda la historia basándose en indicios.

Según el auto de archivo, "no se aprecia ninguna señal de criminalidad en la muerte". El texto, además, reproduce la versión de Peral y también la de Alberto López que lo niega. Según la juez, "este es el único testigo presencial que existe sobre los hechos, ya que Rosa Peral estaba inconsciente y el tercero de los agentes ha muerto". Para la jueza, Alberto López tiene toda la credibilidad ya que no se ha puesto de manifiesto ningún elemento que lo contradiga o lo ponga en duda. Y se acoge al resultado de la autopsia que dice que las lesiones son "compatibles con una precipitación accidental".

La jueza también argumenta que "no se oyeron gritos, lo que hubiera sido lo más lógico en caso de que alguien lo hubiera empujado veinte metros abajo". Y expone que parece que "su intención fuera más bien la de huir del lugar aventurándose por un terreno peligroso, aun a riesgo de su integridad físcia, que la de enfrentarse al agente Alberto, lo que favorece la tesis de la caída accidental".

La resolución judicial dice claramente que "las imputaciones de Rosa María carecen del necesario rigor, ya que resulta difícil imaginar que Alberto, sólo unos minutos después de tener lugar la caída, le dijera que había matado por ella, cuando, en realidad, la víctima estaba siendo trasladada a un centro hospitalario y desconocía la gravedad de su estado".

La jueza lo atribuye todo a una estrategia de Peral, ya que tienen abierta la investigación por el asesinato de Pedro Rodríguez y lo intenta acusar de otro asesinato, a lo que "le atribuye a Albert un carácter de revancha, celoso e impulsivo".

El caso del mantero se vuelve a archivar mientras la investigación por el crimen de la pareja de la Rosa Peral que la mantiene en la prisión continúa.