Los disturbios de la manifestación de okupas de este sábado han acabado con cuatro​ detenidos por desorden público y múltiples destrozos en el Raval. La protesta -que estaba convocada a las siete de la tarde- ha empezado con cerca de 300 manifestantes rodeados por un gran dispositivo policial, que vigilaba todas las entradas en la plaza de la Universitat de Barcelona e identificaba a las personas que querían acceder.

Al verse completamente rodeados por las patrullas antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, los participantes han pactado con la policía un recorrido por la manifestación y han procedido a ocupar la Gran Via de les Corts Catalanes. Después de dos cambios de sentido de la marcha y de encender algunas bengalas, la protesta se ha dirigido hacia la entrada de la calle Tallers, donde se ha desatado.

IMG 3181Un gran grupo de los manifestantes se ha echado a correr en dirección al centro del Raval y a la altura de la plaza Castella se han vivido los primeros momentos de tensión, cuando algunos participantes han empezado a tirar botellas de vidrio y petardos a los miembros de la prensa que cubrían el acto.

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Lluvia de botellas

La protesta ha enfilado entonces la calle dels Àngels, dejando atrapados a los conductores que circulaban por el asfalto. Al llegar al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) han estallado los disturbios. Los manifestantes se disponían a continuar el descenso hacia la zona baja del Raval cuando una patrulla de la Guardia Urbana les ha barrado el paso en la confluencia con la calle del Pintor Fortuny.

Los participantes han recibido la intercepción con una lluvia de botellas de vidrio que ha sembrado el pánico entre los peatones y periodistas que se encontraban en los alrededores. Entonces, la unidad BRIMO de antidisturbios de los Mossos ha hecho acto de presencia con varios furgones y los manifestantes han reculado hasta la plaza dels Àngels, donde se encuentra la entrada del MACBA.

Las decenas de turistas y curiosos en monopatín que se reunían han asistido atónitos a las cargas policiales para dispersar la concentración y al intento de obstaculizar el paso a los agentes de algunos de los integrantes de la protesta, que han tirado unas vallas que había en torno a un escenario.

Mientras huían de los Mossos, los participantes han destrozado dos terrazas, una de las cuales -la del bar La Rubia- ha quedado prácticamente impracticable. Los clientes que se encontraban sentados han ido corriendo a refugiarse dentro del local, en un momento de tensión e histeria colectiva.

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Persecución

Una vez dispersada la manifestación de la plaza dels Àngels, la policía ha empezado una persecución por las calles del corazón del Raval. A la altura de la rambla del Raval, se han repetido las cargas de los antidisturbios, que han detenido a dos manifestantes que han tropezado mientras huían. En este punto también se han producido destrozos y lanzamiento de objetos.

El gran despliegue policial ha permitido aislar a los participantes restantes de manera que la protesta ha acabado por diluirse en torno a las nueve de la noche.