El Servicio de Atención y Denuncia ante situaciones de Violencia Institucional (Saidavi), del Centro para la Defensa de los Derechos Humanos Irídia, atendió durante el año 2019 un total de 248 casos. Eso supone un 115% más que en 2018, sobre todo a raíz de los 204 manifestantes atendidos durante el otoño por las protestas contra la sentencia del Tribunal Supremo. Más de 50 de estas personas fueron lesionadas por impactos de foam o balas de goma. En rueda de prensa telemática, la codirectora de Irídia Anaïs Franquesa ha remarcado que "la gestión del orden público en octubre fue especialmente alarmante".

El hecho de que no se prohibiera a la Policía Nacional el uso de balas de goma y que en ocasiones se dispararan en dispositivos conjuntos con los Mossos es "altamente grave", según Franquesa, que ha asegurado que las actuaciones estaban bajo la coordinación de la policía catalana.

De los 248 casos, 216, un 87%, son a causa de la violencia policial en el contexto de protesta, y se enmarcan en las manifestaciones y movilizaciones que tuvieron lugar después de hacerse pública la sentencia del juicio al procés, entre los meses de octubre, noviembre y diciembre del 2019.

El informe del Centro para la Defensa de los Derechos Humanos Irídia recoge, también, las agresiones a periodistas, 71 en total, y un detenido, el fotoperiodista de El País arrestado durante las cargas en la plaza Urquinaona.

Entre las querellas que salen adelante hay la de la fotoperiodista Sira Esclasans que el 16 de octubre recibió el impacto de un proyectil de foam de los Mossos d'Esquadra ante la Conselleria d'Interior mientras estaba debidamente identificada, junto con un grupo de periodistas.