El pasado sábado, dos activistas irrumpieron en el museo del Prado y se engancharon a los marcos de los cuadros "Laso Majas", de Francisco Goya, como acto de protesta por el cambio climático. Este lunes, el Juzgado de instrucción número 29 de Madrid las ha dejado en libertad con cargos. Las activistas de la agrupación Futuro Vegetal, han quedado en libertad y el juez también investiga en otra mujer y un hombre por los mismos hechos. Concretamente, están siendo investigados por la presunta comisión de un delito contra el patrimonio histórico-artístico, según informan fuentes judiciales. Aparte de engancharse a los marcos de los cuadros 'Maja desnuda' y 'Maja vestida', a la pared y entre las dos pinturas, los activistas escribieron el mensaje '+1,5 °C', con el objetivo de alertar sobre un aumento de la temperatura a escala mundial que provocará "un clima inestable y graves consecuencias para todo el planeta".

A lo largo de las últimas semanas, se han producido muchas protestas de este estilo en museos de toda Europa. Por ejemplo, a mediados de octubre, un grupo de activistas lanzó salsa de tomate Heinz contra el cuadro "Los girasoles" de Vincent van Gogh, a la National Gallery de Londres. El cuadro no sufrió ningún daño, ya que estaba protegido por un cristal, pero el acto de protesta hizo la vuelta al mundo subiendo la voz de los detractores y de los defensores de estas polémicas protestas.

Los problemas de España con el cambio climático

La plataforma Futuro Vegetal exige al Gobierno que ponga fin a las subvenciones a la ganadería y las utilice para promover alternativas social y ecológicamente responsables basadas en plantas para afrontar el cambio de sistema alimentario necesario. Futuro Vegetal sostiene que la ganadería es el usuario más grande de tierras del planeta y el principal impulsor de la deforestación en el mundo. Según la organización, es también responsable de más emisiones de gases de efecto invernadero que todo el sector del transporte mundial combinado. Los activistas resaltan que la eliminación mundial de la ganadería podría estabilizar los niveles de gases de efecto invernadero durante 30 años y compensar el 68% de las emisiones de C02 de este siglo.