Los ladrones han desarrollado una nueva estrategia para desbloquear móviles robados. A pesar de que el aumento de los hurtos en Barcelona el último año ha convertido a relojes y bolsos en objetos con un alto riesgo de ser sustraídos, sobre todo entre los turistas y curiosos que pasean por las calles de la ciudad, el gran reclamo de los hurtadores siguen siendo los teléfonos. Con los sistemas de seguridad de los aparatos cada vez más desarrollados, los mecanismos con el fin de poder acceder a los terminales también se han sofisticado, elaborando una estafa con la que la víctima del robo colabora con los ladrones sin enterarse.

El último sistema que han puesto en práctica los hurtadores consiste en aprovechar los intentos de localizar el móvil del propietario para engañarlo y forzarlo a hacer público su código de desbloqueo. Cuando el dueño del terminal busca el aparato en una aplicación de localización de otro teléfono, el programa le pide un número de contacto para poder indicarle la ubicación del objeto sustraído. Poco después la víctima del robo recibe un SMS en el que se pide el código de desbloqueo (PIN) del móvil.

Los usuarios que piquen el anzuelo y hagan públicos los dígitos estarán permitiendo que los propios ladrones puedan acceder al teléfono sin tener que formatearlo y naveguen libremente por el terminal, cambiando contraseñas y apropiándose del aparato.