Hace 642 días que Sandro Rosell y Joan Besolí -su socio- esperan entre rejas que se les juzgue. Son las dos personas que más tiempo han estado en prisión preventiva en España, por un supuesto delito económico. Se les ha denegado la libertad hasta diez veces y se han declinado medidas alternativas propuestas por la defensa como la pulsera telemática, la retirada de pasaporte o una fianza de 35 millones. Este lunes, a las 10h, empieza el juicio en la Audiencia Nacional. Él mantiene que es inocente. Se trata de una causa compleja, con un montón de derivadas, que se desgrana a continuación.

Sobrevuela el caso, una pregunta sin respuesta: ¿seguiría Rosell en prisión y se le estaría juzgando de oficio si no hubiera sido presidente del Barça y, todavía más, el presidente del club que autorizó que la Vía Catalana pasara por el Camp Nou o que el estadio acogiera el Concierto por la Libertad?

De qué se les acusa y cómo se defienden

Quien ha construido la causa y ordenó en su día la prisión preventiva es una vieja conocida de los encausados en el juicio en el procés: Carmen Lamela. La jueza instructora ha comprado el relato de la Fiscalía, que sostiene que Rosell y los cinco empresarios restantes que le acompañan en banquillo de los acusados -entre los cuales su mujer- crearon una estructura estable dedicada a blanquear a gran escala dinero de origen ilícito, todo bajo la batuta del expresidente azulgrana, por quien piden 11 años de prisión y una multa de 59 millones de euros por dos delitos: blanqueo de capital y pertenencia a organización criminal. Se fijan, específicamente, en dos operaciones relacionadas con la selección brasileña. Una, la compra-venta de los derechos de imagen de los partidos amistosos; la otra es un contrato de patrocinio de Nike. En total, según la justicia española, un desfalco de 19,9 millones.

La defensa se exclama ante estas acusaciones e intentará desmontar punto por punto los postulados de la Fiscalía bajo un hilo argumental: que no puede haber blanqueo de capital cuando el dinero es limpio y no opaco y proviene de actividades legales, y que la parte supuestamente perjudicada, la Confederación Brasileña de Fútbol, no reclama nada. El abogado de Rosell es Pau Molins, el mismo que lleva a Santi Vila en el juicio al procés, que se está llevando a cabo en paralelo, a pocos metros de distancia, en el Tribunal Supremo.

Los hechos

Todo se remonta a 2006, cuatro años antes, por lo tanto, de que Rosell se convirtiera en presidente del Barça. El grupo empresarial árabe International Sports Events (ISE), especializado en la difusión de acontecimientos deportivos quiere comprar los derechos para retransmitir los amistosos de la canarinha, a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), una entidad 100% privada.

Para contextualizar, la trayectoria profesional de Sandro Rosell ha estado desde los 90 ligada a las tareas de consultoría y marketing del mundo del deporte. A finales de aquella década y hasta el 2002, es el director de marketing deportivo de Nike por toda Latinoamérica. Por motivos laborales, residió en el Brasil.

La versión de Rosell es que ISE le contrató como intermediario para hacer las gestiones con el presidente de la CBF, Ricardo Teixeira y que después de meses de negociación consiguió que con la oferta final de los qataríes, la CBF doblara los beneficios por partido amistoso, convirtiéndose en la selección mejor pagada del mundo. El acuerdo se tradujo en un contrato de 6 años por 24 partidos. Por los servicios prestados, ISE se comprometió a pagar a Rosell unos honorarios de 8,3 millones de euros que se irían ingresando a medida que se fueran jugando los partidos, en su empresa estadounidense UPTREND, con cuenta corriente en Andorra.

La acusación cree que como tenía una relación de amistad con el presidente de la CBF, Rosell no tuvo que mover ni un dedo para convencer a Teixeira para que firmara con el grupo qatarí; que los 8,3 millones que cobró de ISE eran en realidad comisiones para untar a Teixeira y que durante los años posteriores, Rosell, ayudado por el resto de acusados, los testaferros, fue transfiriendo a Teixeria esta suma de manera fraccionada, a través de ingresos de un entramado societario y bancario diseñado exclusivamente para blanquear. Todo, en perjuicio de la CBF, que es quien tendría que haberse quedado con el dinero, según la Fiscalía.

El supuesto perjudicado no reclama nada

Un elemento clave al que se agarrarà la defensa es que la CBF -recordemos, entidad privada- nunca ha reclamado nada ni se ha sentido perjudicado. No sólo eso, con Rosell ya en la prisión, certificaron a través de un informe hecho el año 2018 -hacía cuatro que Teixeira ya no era el presidente- que "después de investigaciones internas, no consta ningún perjuicio por el contrato con ISE, intermediado por Sandro Rosell, ya que el importe pagado por los partidos de la selección brasileña aumentó considerablemente". Es más, el año 2012 renovaron el contrato.

La causa incluye todavía otro contrato sospechoso, este por la esponsorización por parte de Nike de la selección brasileña, por valor de 5 millones y gestado, también, entre Rosell y Teixeira. La defensa alega que en cualquier caso se trata de operaciones negociadas, cerradas y concluidas fuera de España, tanto con respecto a la compra-venta de los derechos televisivos como al patrocinio de Nike.

Romario, testigo contra Rosell

Uno de los testigos de la acusación durante la instrucción fue el exazulgrana Romario, enemigo acérrimo de Rosell y ahora senador en Brasil. Tiempo atrás, el Senado de Brasil organizó una comisión de investigación relacionada con este caso. 17 de los 15 senadores concluyeron que no podía acreditarse corrupción en la CBF. Romario fue uno de los dos discrepantes. Durante la declaración por videoconferencia en la Audiencia Nacional hace un año, acusó a Rosell i Teixeira de ladrones.

Rosell y los Jordis

El primero en declarar, este lunes, será precisamente Sandro Rosell. El juicio se celebrará en tres series, esta semana y la segunda y la última de marzo. Bertomeu asistirá a alguna de las sesiones para darle apoyo. Llega la hora de la verdad.

Mientras tanto, Rosell y Besolí seguirán en prisión preventiva en Soto del Real. Allí se han reencontrado con Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, con quien durante muchos meses compartieron módulo, penurias, confidencias y, sobre todo, la certeza de que su encarcelamiento preventivo es del todo injust(ificado) y responde, sólo, a aquello que un día simbolizaron, como presidentes de la ANC, Òmnium y el FC Barcelona.