El tribunal del caso Quintana empieza a deliberar para absolver o condenar a los dos Mossos d'Esquadra acusados de herir con una pelota de goma a Ester Quintana en la huelga general de 14 de noviembre del 2012, después de la exposición de los informes finales por parte de las acusaciones y defensas.  

Ester Quintana y su abogada, Laia Serra, han salido exultantes del juicio. "Tensa y con nervios", ha dicho Quintana, que ha vivido las 10 sesiones del juicio. "Se ha hecho duro. Volver a revivirlo todo otra vez, todo junto en unas horas, lo que yo he vivido en 4 años ha sido bastante impactante para mí", ha añadido, y se ha mostrado dolida con los Mossos d'Esquadra, que no han aclarado nada durante el juicio: "Las declaraciones de los agentes.... vosotros mismos valorad lo que habéis escuchado..."

Para Laia Serra llegar al juicio ha sido un "esfuerzo titánico" y ha reiterado que se ha vivido "un combate desigual de una ciutadana ante las instituciones". Serra ha cargado de nuevo contra Interior: "Estas dos personas acusadas han tenido cobertura, han tenido la facilidad de acceder a las fuentes de prueba y eso supone un combate francamente desigual".

La abogada de Quintana valora el juicio como "leal y honesto", del que espera un veredicto justo, y del que se muestra "francamente satisfecha porque al menos la verdad ha tenido su oportunidad".

¿"Como se puede seguir negando que le hirió una pelota?"

La fiscal ha acusado hoy la defensa de los mossos procesados por reventar el ojo a Ester Quintana de orquestar una "ceremonia de la confusión" para que los hechos queden impunes, y se ha preguntado "cómo es posible que se siga negando que las heridas fueron producidas por una pelota de goma".

La fiscal del caso, Marta Marquina, ha dedicado gran parte de su informe a cargar contra las tesis de la defensa, que apunta que Quintana pudo perder el ojo por un proyectil de precisión de foam disparado por agentes de otro furgón policial, el 414, y lo ha calificado de "insulto a la inteligencia".

"El tema del proyectil de foam parece de chiste", ha sostenido Marquina, que ha expuesto su informe ante la presencia, en primera fila del público, de la fiscal jefe de Barcelona, Anna Magaldi, que en un gesto excepcional ha acudido a la última sesión del juicio.

Falta de rigor de los Mossos

La acusación particular ejercida por Quintana ha cargado también contra las teorías de la defensa que, en su opinión, sólo pretenden "confundir y ensuciar" y ha criticado cómo se gestionó e indagó el caso desde los estamentos policiales, cuya "falta de colaboración", según su opinión, acabó dejando las indagaciones únicamente en manos del juez instructor y de las acusaciones.

La abogada de la víctima ha reprochado la "falta de rigor" y "parcialidad" de la unidad de Afers Interns de los Mossos a la cual el juez encargó la investigación -hasta que acabó por encomendar las diligencias a la Guardia Civil- y ha criticado que los procesados no hayan hecho "ningún esfuerzo de reparación económico ni simbólico" en relación con Quintana.

Errores políticos

La defensa de los mossos ha pedido hoy al tribunal que los "errores" en la gestión política del caso no "perjudiquen" a los encausados, porque estas responsabilidades se tienen que depurar en el Parlament, en las urnas o en el seno de Interior.

Las abogadas Olga Tubau y Lidia Lajara han puesto énfasis en la tesis que han mantenido a lo largo del juicio, que apunta a la posibilidad de que Quintana fuera herida por un proyectil de precisión -de material viscoelástico o foam- disparado por los mossos de otro furgón -el Dragó 414-, a los cuales Interior expedientó por ocultar sus movimientos en la jornada del 14-N.

Antes de entrar a valorar las pruebas del juicio, Tubau se ha dirigido al tribunal para recordarle que las responsabilidades políticas del caso Quintana se tienen que depurar "extramuros" del proceso penal y que, de hecho, ya han comportado las "consiguientes renuncias, ceses y dimisiones".

La abogada ha lamentado que la instrucción judicial del caso "no fue del todo impermeable" a la situación política y ha reconocido que las diferentes versiones que Interior dio de los hechos acabaron por extender una especie de sombra de sospecha" sobre los datos que iban aportando los mossos a lo largo de la investigación.