Lo dejaba ver ayer una de las llamadas que se pudieron escuchar en el juicio del caso Pretoria y hoy lo ha confirmado el responsable de la empresa Limasa, de limpieza de las dependencias municipales de Santa Coloma.

Muñoz pide tres cantidades de dinero, 2.100 euros, 1.980 y 2.400, el día antes de marcharse de vacaciones, con prisas y con la instrucción a Manuel Carrillo de ser discreto y sin pasar por la oficina de los funcionarios, yendo directamente a alcaldía.

Hoy Carrillo ha confirmado ante el tribunal que pagó las comisiones. Lo ha hecho con monosílabos pero muy claramente a cada una de las preguntas de la fiscal.

 

 

El empresario también ha explicado que pagó dinero en metálico al exalcalde -6.480 euros- para cuidar su relación con el consistorio, y también accedió, a requerimiento de Muñoz, al patrocinio de un equipo de fútbol sala. Después de la confesión, la fiscalía y la defensa han acordado una rebaja de condena que le evitará la entrada en la prisión.

La petición inicial que la fiscal, Ana Cuenca, hacía contra Carrillo era de tres años de prisión, pero la pena se ha acabado reduciendo hasta los seis meses, sustituibles por una multa de 7.200 euros, con lo cual, en ningún caso entrará en la prisión. La nueva condena también prevé que Carrillo vuelva los 6.480 que pagó al Ayuntamiento y 6.000 euros más que pagó al Ayuntamiento a través de un convenio para patrocinar el equipo de fútbol sala Rápido Santa Coloma.

Los 6.480 euros se pagaron en tres sobres, divididos en 2.100, 1.980 y 2.400 euros, que Carrillo entregó a Muñoz en una conocida cafetería que hay en la plaza del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet. "Estaba en Alicante de vacaciones y me desplacé a Santa Coloma para llevarle el dinero", ha relatado. El pago se hizo a finales de julio del 2009.

Estos pagos se hicieron, según ha reconocido Carrillo, como a consecuencia de que el Ayuntamiento de Santa Coloma que lideraba Muñoz le adjudicara el contrato de la limpieza de equipamientos a Limasa, a pesar de no presentar la mejor oferta. La conjura se refleja a las conversaciones telefónicas que se han reproducido durante el juicio y que, a diferencia de Muñoz, Carrillo sí ha reconocido y confirmado.

En una de estas escuchas, Carrillo agradece "muchísimo" al exalcalde que hubiera intercedido por él y este le pide que, a cambio, le "arregle" algunas cosas, que se concretarían en unos pagos para el patrocinio de entidades de la ciudad, aparte del dinero pagado en metálico: "Haría falta que quedara claro el compromiso de la empresa con la ciudad", le exige Muñoz en una de las conversaciones.

Carrillo ha explicado que accedió al soborno porque creía que era una manera de no "deteriorar" la relación con Muñoz y mantener una "relación normal y correcta con el Ayuntamiento". El exalcalde incluso avisa a este empresario de que su intención era mantenerse ocho años más en la alcaldía y le emplazaba a "reencontrarse" en el próximo concurso.

Bartomeu Muñoz se desmarcó ayer durante su declaración de su intervención en las adjudicaciones a dedo y en las irregularidades en las modificaciones urbanísticas del proyecto de la Pallaresa.