La Conselleria d'Interior está citada para el próximo 16 de enero de 2018 por el proceso para nombrar el nuevo Major de los Mossos d'Esquadra. La jueza del Contencioso Administrativo número 7 de Barcelona, Maria Jesús Campo Güerri, ha aceptado la demanda del Sindicat de Policies de Catalunya (SPC), que denuncia irregularidades en las bases de la convocatoria de la plaza. A pesar del proceso judicial abierto, el martes Josep Lluís Trapero tomó posesión del cargo durante un acto en el Palau de la Generalitat presidido por Carles Puigdemont.

La plaza estaba vacante desde 2007, cuando se marchó Joan Unió, único Major de los Mossos d'Esquadra hasta ahora. Se volvió a convocar en noviembre pasado y los últimos meses ha sido rodeado de polémica porque, según varias fuentes, Interior lo convocó expresamente para Trapero, y porque el último año no ha sido fácil ni exento de polémicas en torno al hasta ahora jefe de los Mossos d'Esquadra.

Desde la paella en casa de Pilar Rahola hasta el polémico caso de Rubí dónde dos Mossos quedaron heridos por un ciudadano en que acabó en libertad antes de declarar ante el juez a raíz de una llamada del mismo Trapero, y pasando por los interrogantes sobre qué papel tendrán los Mossos en todo lo referente al proceso de independencia, el máximo mando del cuerpo policial catalán ha sido puesto en cuestión por varios sectores, entre ellos una facción de los mismos agentes que el mes de diciembre pidieron su dimisión.

En medio del proceso expreso que se ha creado para nombrar el nuevo Major, el Sindicat de Policies de Catalunya presentó una demanda ante el Tribunal Contencioso que finalmente ha sido aceptada y que ya tiene fecha de juicio y todo. El sindicato alega básicamente que, a pesar de ser un cargo de libre designación, no se han cumplido las bases de la convocatoria.

Ya no es un cargo vitalicio

Hasta ahora el cargo había sido vitalicio. Porque se trata del máximo rango y porque a un mosso no se le pueden bajar los galones, según el reglamento. Con todo, cuando se convocó la plaza Interior matizó su singularidad. La figura de Major tal como estaba concebida en un principio ha sufrido algunas variaciones. Se han hecho ajustes después de hacer el anuncio y los sindicatos mostraron malestar. Ahora ser Major "es un cargo institucional con galones", según fuentes de Interior y no tiene por qué ser vitalicio para el jefe del cuerpo de los Mossos d'Esquadra.

El cambio con respecto a lo que originariamente representa este cargo es que el Major no tiene por qué ser jefe del cuerpo. En caso de que hubiera un cambio en la Presidència del país o en la Conselleria, o, en el caso de que se perdiera la confianza en el Major, éste quedaría relevado de las funciones del jefe del cuerpo. Eso también blinda al máximo responsable del cuerpo, que una vez apartada por la dirección política mantendrá galones, sueldo y posición. Ello impedirá que se le denigre con destinos no propios por su posición, como pasó con el excomisario jefe Josep Millán.

El nuevo jefe del cuerpo también sería Major, porque actualmente hay dos vacantes. La que se ha convocado ahora y la que dejó el primero y único Major de los Mossos, Joan Unió, y que no se ha cubierto nunca.

La necesidad de volver a recuperar la figura de Major surge del mismo conseller, Jordi Jané, que ve cómo el nombre del cargo del máximo responsable de los Mossos d'Esquadra no tiene fundamento jurídico. "Comisario jefe es una figura que no existe", dicen las mismas fuentes del Departament. Y por este motivo se decide recuperar la figura de Major pero con matices.

Qué dice la demanda

La demanda a la que ha tenido acceso El Nacional denuncia que "a lo largo de todas las bases no encontramos un solo elemento que indique, ni tan sólo con carácter mínimo, cuáles son los requisitos de titulación, formación, experiencia, preparación, aptitudes, o un mínimo perfil orientativo que se requiera para ser el máximo dirigente del cuerpo de los Mossos d'Esquadra".

Según el reglamento de los puestos de trabajo que rige a los Mossos d'Esquadra, y que regula los requisitos para las convocatorias de libre designación tienen que incluir "la denominación, el nivel, la escala, la categoría, la especialidad si procede, el complemento específico, la localización de los lugares ofertados y, en su caso, el periodo de permanencia mínima, así como los requisitos que se exigen por el desarrollo de las tareas de estos". Según la demanda, la convocatoria para la plaza de Major "incumple las predicciones" del reglamento al no establecer "el complemento específico a percibir". Tampoco cuentan los requisitos profesionales y de capacitación personal y subraya "en este caso exigibles además a un cargo de tanta importancia como el de Major del cuerpo".

El Sindicat de Policies de Catalunya denuncia que se ha optado por obviar las características del cargo aunque las bases de la convocatoria las tengan que incluir, incluso para plazas de libre designación. La demanda detalla que en la confección de las bases "se ha optado por obviar estas características que, al menos con carácter general, podrían aplicarse a la hora de definir la idoneidad de los aspirantes".

El informe de Albert Batlle

Las bases prevén también un informe preceptivo que tiene que redactar el director general de la Policia, en este caso Albert Batlle. La demanda también hace referencia a este informe. Dice que "teniendo en cuenta que las bases no dispones cuáles sueño las aptitudes que este informe tiene que valorar, no se puede determinar cuál es el aspirante más idóneo". Y remarca que "desde un punto de vista práctico hace imposible la formulación del citado informe por ausencia de criterio" y por eso llegan a la conclusión que eso "tiene que conducir a la nulidad de las bases, al no permitir una adecuada valoración de los aspirantes de acuerdo con el perfil profesional necesario."

La demanda denuncia que "hay" que indicarse" el contenido del puesto de trabajo y los requisitos necesarios, independientemente de la valoración discrecional" y subraya que las bases que se han hecho para la convocatoria de Major "requieren simplemente que sea funcionario del cuerpo de los Mossos d'Esquadra y que tenga la categoría de comisario" y que eso no permite llegar a la "ponderación suficiente entre los requisitos de un puesto de trabajo como el de Major del cuerpo y los requisitos mínimos para los aspirantes a un lugar de esta responsabilidad".

El SPC pide la anulación de las bases para el cargo de Major con "todas las consecuencias legales", lo que podría provocar que Interior retirara los galones de Major del cuerpo a Josep Lluís Trapero en el caso que la jueza dé la razón al sindicato. Habrá que esperar, sin embargo, al juicio fijado para enero de 2018.

Un nombramiento polémico

El director de los Mossos d'Esquadra, Albert Batlle, anunció el mes de marzo de 2016 en una reunión con la cúpula de la policía catalana que la conselleria d'Interior había decidido recuperar la figura del Major a la policía catalana, vacante desde que en 2007 cuándo Joan Unió dejó el cuerpo.

Desde entonces, el máximo poder en la cúpula policial lo han ocupado Josep Milán, actualmente comisario de los Mossos en Girona, y el mismo Trapero, que fue nombrado en abril de 2013 por el entonces conseller Ramon Espadaler, comisario jefe.

Trapero, que es el primer máximo responsable policial de los Mossos d'Esquadra, que ha desarrollado toda su trayectoria en este cuerpo, ha ejercido en diferentes áreas de la policía catalana, aunque su máxima especialización le llegó en el área de investigación criminal, de la que fue nombrado jefe de la comisaría general.

Quien ha sido único aspirante a Major, y que cuenta con la máxima confianza del conseller de Interior, Jordi Jané, ha sido cuestionado los últimos meses por sindicatos de los Mossos d'Esquadra, que han pedido su dimisión porque la policía catalana dejó en libertad a un detenido que emprendió un agente en Rubí (Vallès Occidental), a quien confundió con un asaltante.

El malestar derivó el 22 de diciembre pasado en una concentración de agentes de paisano, vestidos con narices de payaso y sombreros de Papá Noel, en las puertas del restaurante donde la cúpula de la Direcció General de la Policia celebraba la cena de Navidad.