Duodécima sesión del juicio por los atentados del 17 de agosto del 2017 en Barcelona y Cambrils dedicada a los testigos del entorno de uno de los acusados, Driss Oukabir, y a los agentes de la unidad de TEDAX de los Mossos d'Esquadra que analizaron todos los materiales que se encontraron entre los escombros de la casa de Alcanar.

De las conclusiones de los agentes y de sus informes que constan en la causa se extrae que la casa era un laboratorio de explosivos. Se encontraron 17 bombas de mano a punto para hacer estallar y entre 200 y 500 kilos de materiales para la elaboración de explosivos.

Bebía, esnifaba e iba con mujeres

El entorno de Driss se ha mantenido en la estrategia de la defensa: hacer ver claramente que el acusado no seguía la religión del islam y que no estaba radicalizado. La familia y amigos se han dedicado a dejar claro que sólo se relacionaba con su hermano, Moussa Oukabir, abatido por los Mossos en Cambrils.

La novia también ha declarado hoy. Pocas respuestas claras. Ha alegado que no se acordaba en la mayoría de preguntas que le ha hecho la Fiscalía. Donde no ha fallado ha sido en las respuestas al abogado del acusado, dejando clarísimo que ni tan sólo respetaba el ramadán.

 

Lo que no ha podido explicar la pareja de Driss Oukabir es por qué dentro de su móvil había dos fotografías claves para el caso: una de unas bombonas de butano y otra de la furgoneta alquilada con la que se hizo el atropello mortal de la Rambla de Barcelona.

También han declarado familiares de Driss Oukabir. Todos en la misma línea y siguiendo el guión pautado. Su primo lo ha descrito como un hombre que salía de fiesta "de jueves a jueves", que bebía, esnifaba e iba con otras mujeres.

Driss Oukabir está acusado de pertenecer a la célula terrorista en su escala más baja. La furgoneta del ataque a la Rambla se habría alquilado con su documentación.

Dejando el rastro

Entre las declaraciones de hoy han comparecido los testigos que vieron en algún momento a los terroristas los días previos al atentado.

Han declarado clientes del bar Davo, a sólo 200 metros del paseo marítimo de Cambrils donde tuvo lugar el segundo de los ataques la madrugada del 17 al 18 de agosto. Allí los vieron a todos. También ha declarado una vecina de Ripoll que vio como Younes Abouyaaqoub y Mohamed Hichami se marchaban dirección Barcelona en una furgoneta alquilada.