Joan Delort fue fichado el año 1997 por el conseller Xavier Pomés y se incorporó a su equipo de confianza coordinando las policías locales de Catalunya en lo que entonces era la conselleria de Governació. Excepto 4 años en el Ayuntamiento de Barcelona como gerente de Prevención, Seguridad y Movilidad con el alcalde Xavier Trias, Delort ha trabajado ininterrumpidamente en Interior con diferentes responsabilidades y ha trabajado para todos los consellers menos con Ramon Espadaler.

Delort ha sido director del Servei Català de Trànsit, secretario de Seguretat Pública, secretario de Seguretat del Departament d'Interior i Relacions Institucionals, coordinador del Sistema de Seguretat Pública y, ahora, director general de Protecció Civil, un cargo conocido por él, porque lo tenía bajo su paraguas años atrás. Joan Delort vivió el despliegue de los Mossos, y el año 2009, con Joan Saura de conseller, Delort cogió la vara de mando del cuerpo policial después del cese del director general de la Policia y en medio del momento más convulso para la policía catalana.

Unas voces lo describen como uno de los mejores expertos en seguridad de Catalunya, y otros, de superviviente de la administración, donde ha ostentado cargos a lo largo de 20 años. Policía local en origen, Joan Delort, sabe estirar la lengua a los periodistas e invertir los papeles. Pero tampoco se calla nada. Eso sí, sabe mantener el secreto que le hace falta por la responsabilidad que desarrolla. Pero no tiene pelos en la lengua y desprende una cierta ironía que lo hace ser incluso simpático en distancias cortas. Delort era jefe de la policía local de Girona cuando los Mossos se empezaron a desplegar en la ciudad y vivió y gestionó la organización entre los dos cuerpos policiales.

 

¿Cómo vivió el despliegue de los Mossos d'Esquadra?

El despliegue de los Mossos d'Esquadra empieza en 1994 y a mí me ofrecen venir el año 1997, con el propósito de escuchar mi experiencia policial, para coordinar los Ayuntamientos y la Generalitat en materia de seguridad. Fue muy satisfactorio porque participar en un proyecto único y exclusivo sólo sucede poquísimas veces en la historia. Además no había manual. Puedes preguntar, puedes escuchar, puedes observar, pero hay decisiones que son exactamente casi de laboratorio, donde el ensayo-error no está muy permitido, porque un servicio público no puede ir de aquí para allá continuamente. Y el modelo territorial de despliegue no existía en octubre de 1994, cuando empezó el despliegue en Osona. Todo eso se construyó después. Primero se decide el despliegue y después se va construyendo todo el resto. Al mismo tiempo que vas haciendo nuevas promociones, vas afinando el proceso de selección, de formación... fue una larga experiencia.

El despliegue tenía unos plazos pero se adelantó. ¿Por qué?

El plan territorial de despliegue finalizaba el año 2012 y se adelantó primero al 2011. Finalmente se adelantó al 2008, cuando se había dicho también que lo acabarían en 2007. Los que estábamos aquí, al margen de las ideologías políticas, vimos cómo hubo un momento que ante las elecciones se produjo aquello de "a ver a quién lo acaba antes". Los que estábamos dentro de la casa con un nivel suficiente de responsabilidad decíamos "aquí todo el mundo ha enloquecido". Primero, porque eso es imposible de hacer. Esto no es una fábrica. Porque es desplegar una policía en un proceso de sustitución de otra policía. Eso necesita un número determinado de policías y un proceso a través del que estos policías que se despliegan adquieran los conocimientos para hacer de policías. Porque hacer de policías no es sólo salir a la calle. Toda organización policial con carácter integral, y los Mossos lo son, normalmente combinan un 30% de agentes de trabajo interno y un 70% de patrullas uniformadas. Existe lo que no se ve, quién recibe denuncias, las unidades de investigación criminal, de análisis, los que protegen autoridades, no se ven pero forman parte de las tareas de una policía integral. Y eso no se crea de la noche a la mañana.

Nos desplegamos de manera anticipada cuando todavía no teníamos ni siquiera los recursos policiales"

El otro cambio era el despliegue en Barcelona...

Tuvieron las prisas motivadas porqué se cambió el itinerario territorial de despliegue, que se tendría que haber finalizado en Barcelona, pero debido precisamente a la distribución del número efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado, sobre todo del Cuerpo Nacional de Policía, en el área metropolitana de Barcelona, hubo una gran presión de los electos locales, de los alcaldes, que presionaron a la Generalitat para que se modificara el plan del despliegue. En resumen, nos desplegamos de forma anticipada cuando todavía no teníamos ni siquiera los recursos policiales y el número de policías para una población de unos 6.000.000 de habitantes. Nos desplegamos cuando Catalunya ya tenia 7.000.000 millones y lo hicimos 3 años antes de lo previsto. Pues hombre, lo que sucedió todo el mundo lo conoce... Fabricas policías, con un plantel donde tienes que ir a rascar que se te va haciendo pequeño y, además, aceptando que te acabas desplegando con menos policías de los que eran necesarios. Afortunadamente eso se reequilibró al cabo de unos cuantos años, pero aun así en los Mossos siguen faltando mossos.

Delort ha trabajado con todos los consellers d'Interior desde Xavier Pomés hasta ahora, menos con Ramon Espadaler. ¿Cómo era Xavier Pomés?

Muy buen conseller. Pero no hablaré más de los consellers. Porque inevitablemente me tendría que posicionar en una situación que... Igual, un día cuándo esté jubilado, sí que lo hago. Pero en estos momentos, no. Porque yo he estado trabajando con el conseller Pomés, con la consellera de Gispert, con la consellera Tura, con el conseller Saura, con el conseller Puig y con el conseller Jané. Son muchos consellers y conselleras, son muchos. No hay dos que sean iguales. Eso es como todas las personas. Como los carniceros. Siempre son diferentes. De talantes, también. Las maneras de aproximarse a los conflictos, también. Como inevitablemente, después de tanto tiempo, con alguien me he sentido mucho más confortable que con otros, me abstendré de posicionarme porque eso sería interpretado como que a alguien le estoy poniendo el dedo en el ojo.

No me habría quedado a trabajar con Ada Colau porque no comulgo con ella"

En el Ayuntamiento de Barcelona, Ada Colau no tuvo ni tiempo de entrar que usted huyó deprisa...

No. No en absoluto.

¿Se hubiera quedado con ella?

No.

¿Por qué?

Porque no comulgo con ella. Lo que sucedió, y era así, es así y seguirá siendo así hasta que se cambie la normativa, es que los altos cargos, en este caso municipales, en posiciones de gerentes son los cargos mandados directamente por la autoridad municipal. Por ley, cesamos el mismo día que cesa la autoridad que nos ha nombrado. Y yo no me quedaré a trabajar con alguien que está diciendo que en la comisaría de la Guardia Urbana de La Rambla se tortura y que hay una grave perversión de afectación sobre las garantías de los derechos humanos. La mayor parte de mandos de la Guàrdia Urbana todavía están esperando que alguien se lo explique. Todavía lo están esperando.

¿Hay impunidad policial?

No.

Pero habido casos...

La misma Guàrdia Urbana de Barcelona puso a disposición judicial muchos casos que detectó. No ahora, hace años. Los denunció la propia Guàrdia Urbana. ¿En otros casos dices "hombre hubierais podido estar más finos"? Sí. La orquestación de la situación estuvo muy bien instrumentalizada.

El caso Vilaró se dijo que era por una pelota de goma y judicialmente se dió por buena esta versión"

Hay un caso que enfrontó a Mossos y Guardia Urbana, que es el caso Vilaró, donde se responsabilizó a los Mossos de haber herido con una pelota de goma al jefe de la Urbana... ¿Se escondió al final bajo la alfombra?

Yo creo que no, en todo caso allí hubo una resolución judicial. Yo tuve que comparecer en más de una ocasión para decir que lo que no haríamos desde el Departament d'Interior era contradecir lo que decía el Ayuntamiento. Es cierto, sin embargo, que aquella situación dejó alguna herida en la relación que en aquel momento existía entre los dos cuerpos policiales. Después progresivamente procuramos ir suturándola. Al final el tiempo y el trabajo cotidiano ayuda a superar determinadas cosas. Se dijo que era una pelota y judicialmente se dio por buena esta versión. Digo: se decía que fue una pelota... Trajo mucha cola aquello...

Contrasta mucho que sea tan fácil imputar una pelota de goma a los Mossos cuando se trata del jefe de la Guàrdia Urbana y tan sumamente complicado que es en el caso Ester Quintana

Sí. Son dos modelos absolutamente antagónicos.

Y bromea de si hablará del caso en sus memorias.