Un hombre ha muerto este martes por la mañana después de ser apuñalado por otro en el distrito de Sant Martí en Barcelona. Los Mossos d'Esquadra han indicado que los hechos han tenido lugar a las nueve y media de la mañana en un domicilio cuando la víctima ha ido a visitar al vecino, al cual le habían entrado a robar. La víctima ha querido defenderlo y ha sufrido una agresión mortal. Todo ha tenido lugar en la calle de Guillem Sagrera, cerca de la estación de Metro de Besòs Mar.

La víctima tenía 64 años y era de nacionalidad española. Aparte de la víctima y el propietario que sufría el robo, una mujer ha resultado herida leve por la agresión y ha sido trasladada al CUAP de Sant Martí. Los Mossos investigan las circunstancias del asesinato y buscan al autor.

Según apuntan las primeras hipótesis, la persona que ha sufrido el navajazo mortal habría intentado defender a su vecino de 83 años de una persona que le había entrado a su casa, con la intención de robar. Este último es a quien ha avisado a Emergencias después de la agresión y posteriormente, a causa de las heridas, ha sido trasladado a un hospital. Otra mujer ha resultado herida leve en el suceso.

El Área de Investigación Criminal de la Región Policial Metropolitana de Barcelona se ha hecho cargo de la investigación para localizar y detener al autor, confirmar qué hacía en la casa y aclarar los hechos. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.

El lugar de los hechos

La calle de Guillem Sagrera es uno de los que forman los renombres 'torretes' del Besòs, unas casas de planta baja y primer piso al lado de la Rambla de Delgaducho, que se construyeron al final de la década de los 50 en una zona de campos conocidos como los de Can Barrina. Son calles donde sólo se entra si vives allí o si vas en alguna de estas casas, explicaban a los vecinos este martes al mediodía.

"Era un barrio muy tranquilo. Las torres siempre han sido pacíficas y con gente muy buena", ha destacado la Consuelo, una vecina, para quien la situación ha cambiado en los últimos tiempos: "Es una pena, porque aquí no estamos seguros. Últimamente es un malvivir, con peleas".