El agente de la Guardia Urbana que disparó a un perro este martes no tenía más "opción" y actuó "en defensa de su integridad física". En un comunicado, el cuerpo ha lamentado la muerte del animal y ha justificado la actuación del policía, que ha causado baja médica por las lesiones recibidas.

Según el escrito, la intervención policial no se inició a raíz de una llamada previa pidiendo una actuación. Una patrulla que se encontraba en la zona se detuvo al ver un "perro desatado, sin bozal y con apariencia de raza potencialmente peligrosa deambulando solo", y procedió a identificar al propietario. Al dueño "se le pidió que lo atara", tal como establece la ordenanza de tenencia de animales. En el transcurso de la actuación, uno de los agentes fue mordido por el perro en el brazo y tuvo que utilizar su arma "para protegerse".

El propietario del perro agredió con un patinete al policía que -como consecuencia de la agresión- tiene una "contusión en la frente y una ruptura dental". La Guardia Urbana no incluye la herida causada por la mordedura entre los detalles del informe médico del agente.