Desgraciadamente no todos los niños y niñas tienen la suerte de contar con una madre o padre que pueda hacerse cargo de darles un techo, amor y educación. En Catalunya hay más de 700 familias acogedoras y más de 900 niños y adolescentes que viven en familias de acogida. Además, unas 2.000 criaturas viven con familiares que no son sus padres. El acogimiento familiar es una de las formas de ayuda y protección a los niños y adolescentes que se encuentran en una situación familiar vulnerable, en la que sus familiares biológicos o de origen no pueden hacerse cargo.
La función de las familias acogedoras es ofrecer un hogar temporal a estas criaturas que, de otra manera, vivirían en un centro. El Govern hace un llamamiento a la sociedad a aumentar el número de familias de acogida y, de esta manera, ofrecer a los pequeños y jóvenes un ambiente afectivo y educativo para que puedan crecer en las mejores condiciones.
El acogimiento familiar es un gesto altruista que proporciona un entorno de seguridad, estima, atención y dedicación a un niño que lo necesita durante un tiempo determinado, mientras la familia biológica resuelve los problemas que impiden ocuparse de él. Las familias perciben una prestación para cubrir los gastos que genera el acogimiento del niño, en función de la edad y las necesidades.
Tipo de acogidas
En Catalunya existen diferentes tipos de acogidas. Por una parte, está el acogimiento de urgencia y diagnóstico. Este acogimiento permite que el niño viva con una familia un tiempo determinado mientras un equipo técnico estudia las circunstancias que han aconsejado separarlo de la familia de origen y valora qué hacer en este caso. Es un tipo de acogida dirigida a niños de hasta seis años. También está el acogimiento simple, cuando la criatura es acogida por una familia con la finalidad de retornar a su entorno familiar antes de dos años; y el acogimiento permanente, que se tiene que acordar si se prevé que el desamparo será definitivo, pero la adopción no es posible o recomendable.
Además, existe el acogimiento en unidad convivencial de acción educativa (UCAE), dirigido a niños y adolescentes tutelados con necesidades educativas especiales, enfermedades crónicas y/o trastornos de conducta, y grupos de hermanos que requieren una atención más especializada. En este caso, la familia de acogida tiene que disponer de una titulación específica, formación y experiencia para atenderlos. Y por último, hay el acogimiento de fines de semana y vacaciones, un tipo de acogimiento dirigido a los mayores de nueve años, que están ingresados en centros residenciales y necesitan disfrutar de un ambiente familiar.
Testimonios de las familias de acogida
Los niños y niñas que requieren una familia de acogida han vivido situaciones difíciles que, por varias circunstancias, los han llevado a verse separados de su núcleo familiar de origen. "Si puedes abrir las puertas de tu casa, hazlo. No podemos permitir que haya criaturas recién nacidas viviendo en centros, aunque estén bien atendidas", dice Anna, que hace acogida de urgencia y diagnóstico junto con Jordi, que añade: "la experiencia de la acogida es una lección de vida, sobre todo de cara a nuestros hijos, ya que les permite entender que no todos los niños y niñas que nacen tienen una familia que se pueda hacer cargo."
"Hay niños y niñas que no han tenido un camino nada fácil; que han sido abandonados; que necesitan el amor, el vínculo seguro, poder confiar", señala Ángeles, que es madre acogedora de fines de semana y vacaciones. Otro caso es el de Damià y Victoria, que tienen una hija biológica y también acogen a dos criaturas con necesidades especiales. "No queríamos tener una hija única y la acogida nos pareció la mejor opción porque no era tener más niños, sino que era acoger niños que existen y que necesitan a un padre o una madre", explican.
Assumpta se hace cargo de unos hermanos con su pareja, Imma. "Cuando nos decidimos por la acogida, me imaginaba lo que podía significar para una criatura llegar a casa de unos desconocidos sin ninguna referencia. Pensar en los miedos de los primeros días y lo que puede suponer este cambio para el niño. Que se tengan el uno al otro ha facilitado las cosas."
La persona o familia que esté interesada en hacer un acogimiento se tiene que dirigir al Institut Català de l'Acolliment i de l'Adopció (ICAA), con representaciones territoriales en las ciudades de Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona y Amposta, o bien tiene que concertar una cita con una Institución Colaboradora de Integración Familiar (ICIF). Para poder ser familia de acogida se tienen que cumplir una serie de requisitos, como ser mayores de 25 años y tener como mínimo catorce años más que el niño o adolescente.
En el proceso de valoración de la acogida también se tienen en cuenta cuestiones como la estabilidad emocional de la familia de acogida, posibilitad de dedicación, motivación, vivienda en condiciones adecuadas o facilidad para aceptar, si procede, el retorno del niño, entre otros. Más información en la web acolliment.gencat.cat.