Ninguna pancarta electoral, ningún mitin previsto ni tampoco ninguna visita de dirigentes políticos a Gisclareny (Berguedà), el pueblo más pequeño de Catalunya. Aquí, la campaña para las elecciones municipales pasa totalmente desapercibida, y el futuro alcalde ya está decidido. Será, una vez más, Joan Tor, el único vecino nacido en el pueblo. Esta será su novena legislatura al frente del Ayuntamiento. Se presenta porque tiene una obsesión: solucionar el traspaso de la única carretera que da acceso al pueblo.

En Gisclareny, las siglas de partido no importan, sólo la persona. "Se presente con el partido político que se presente, lo votaremos siempre", ha explicado uno de los vecinos, Antonio Baños. De hecho, en las últimas elecciones, Tor se presentó bajo las siglas del PDeCAT y, este año, ha decidido hacer el cambio a ERC.

joan toro gisclareny acn

En el último siglo, Gisclareny ha perdido a 200 habitantes. Ahora, tiene 27 y que residan todo el año sólo 18. El turismo y los servicios son la principal y única fuente de ingresos. Desde el año pasado, ostenta el título de pueblo más pequeño de Catalunya, y no lo hace con orgullo. Sus vecinos, la mayoría venidos del área metropolitana, subrayan la naturaleza y la tranquilidad como dos de los mejores alicientes del pueblo, y esta calma no se pierde durante las elecciones. De hecho, aquí la campaña ni siquiera existe.

Hace 36 años que Joan Tor es el alcalde de este pequeño municipio y lo volverá a ser los próximos cuatro años porque es el único candidato que se presenta. El consistorio funciona como consejo abierto, un sistema de organización municipal que se caracteriza porque son todos los habitantes que, reunidos en asamblea vecinal, deliberan y toman decisiones que, en régimen ordinario, corresponden al pleno del Ayuntamiento.