La Audiencia de Barcelona ha juzgado a un agente de los Mossos de Esquadra, a quien la fiscal pide 8 años de inhabilitación absoluta, —es decir, que implica la expulsión del cuerpo— y pagar una multa de 2.352 euros, para detener a un manifestante en un desalojo de un casal ocupado, el 16 de diciembre de 2019, en el Eixample. El abogado del manifestante, Eduardo Cáliz, ha pedido la misma condena y que la indemnización sea de 5.175 euros. Inicialmente, el joven fue acusado por atentado contra la autoridad, por esta acción, y con la aportación de un vídeo, la Audiencia de Barcelona, decretó el archivo de la causa, ya que no se veía ninguna acción violenta. Y meses después de los hechos, el manifestante se querelló contra el agente. El vídeo, en esta vista, también ha sido clave y se ha visualizado varias veces.

En el juicio, celebrado este martes en la sección 2a de la Audiencia de Barcelona, el agente ha declarado que detuvo al joven, que estaba apartado de la protesta y aplaudía a los concentrados porque era "el líder" de la protesta. "Iba a decirle que parara, noté un golpe en el casco y lo detuve. Lo tiré al suelo sin hacerle daño. Él tampoco ofreció resistencia", ha declarado el agente en el juicio, que era de la unidad de antidisturbios y aquel día acompañaba el subinspector, no desalojaba a los concentrados.

El abogado del agente, Josep Maria Fuster Fabra, ha pedido su absolución y si es condenado que se le aplique la atenuante de reparación del daño. Antes, el penalista ha pedido aplazar la vista porque no tenía una copia del vídeo original y para poder hacer una pericial. El tribunal, después de comprobar que se han aportado hasta tres copias, una de ellas dañada, ha desestimado la reclamación y ha celebrado el juicio.

"Mucha angustia"

Por el contrario, el joven ha declarado que fue con su pareja a dar apoyo a la concentración, en el local de Roger de Flor, pero cuando los agentes les dijeron que se apartaran lo hicieron y se puso a aplaudir a los concentrados detrás de la línea policial de los Mossos. Ha negado que diera ningún golpe al casco del agente y que no se resistió a su detención. "Pasé mucha angustia, no sabía qué pasaba, y desde entonces no voy a concentraciones, e incluso me cuesta ir a partidos de fútbol", ha declarado Pere, el chico detenido. Estuvo 12 horas detenido en la comisaría de las Corts hasta que fue conducido ante el juzgado de guardia.

En la vista, han declarado la expareja del joven y el vecino que grabó el vídeo de la detención. Los dos han asegurado que el joven no pegó al mosso. Por el contrario, no ha declarado ningún agente que certificara el golpe recibido por el compañero, ni que fuera intencionado