El fiscal del caso Nóos, Pedro Horrach, se inclina para pedir prisión preventiva eludible con fianza para el exduque de Palma, Iñaki Urdangarin, y el que fue su socio, Diego Torres, condenados a seis y ocho años de prisión respectivamente, aunque esperará a escuchar las alegaciones de las partes.

Así lo ha sugerido lo mismo en una entrevista en Antena 3, en la cual ha precisado que espera que la Audiencia de Palma fije este lunes o martes la fecha de la vista en la cual se decidirán las posibles medidas cautelares para los condenados.

Además, en otra entrevista a Onda Cero, ha dicho que "en principio" informará a favor de recurrir la sentencia en algunos aspectos, como los relativos a los hechos de Valencia de la trama y a los costes de los acontecimientos. Eso implicaría pedir también penas más altas para los principales condenados.

Con respecto a las medidas cautelares para Urdangarin y Torres, Horrach ha explicado que el criterio general de la Fiscalía Anticorrupción es pedir prisión preventiva para los condenados a más de cinco años de prisión, pero que quiere escuchar las partes y conocer sus circunstancias personales para pedir "las más ecuánimes".

"No descarto la posibilidad de una prisión preventiva con fianza, con lo cual el mero depósito de la fianza excluiría la prisión", ha precisado al fiscal. La petición será previsiblemente la misma para ambos condenados.

Horrach ha dejado claro que decidirá sobre las medidas cautelares de forma autónoma, y ha insistido en que así ha sido a lo largo de todo el procedimiento y que nunca ha recibido ni una sugerencia de la Fiscalía General del Estado. "No, no y no. Eduardo Torres-Dulce, (el anterior) fiscal general del Estado, expresamente me dijo 'no soy aquí para tapar a nadie ni para ocultar nada", ha detallado.

Defiende su independencia

Es más, Horrach ha asegurado que siempre ha tenido "manos libres". "Después de 25 años en la profesión, tendré más o menos capacidad pero tengo el criterio jurídico suficiente y la independencia necesaria para tomar mis propias decisiones, que son de mi única y exclusiva responsabilidad," ha remachado al fiscal.

De hecho, el fiscal ha explicado que fueron a las "alusiones veladas" a su falta de imparcialidad incluidas en "algunas actuaciones" del juez instructor del caso, José Castro, lo que motivó la "ruptura" entre los dos, y no la cuestión de sí se imputaba o no delitos a la Infanta Cristina --el juez Castro si los apreciaba y el fiscal Horrach no-.

El fiscal sigue sin compartir la tesis de Castro que absolver a la Infanta suponga considerarla "mujer objeto" y, en todo caso, ha avisado de que el Derecho Penal "no está para hacer valoraciones morales o éticas sino para valorar los hechos". El fiscal ha insistido que en ningún caso similar se ha sentado en el banquillo a un socio no administrador, y ha puesto como ejemplo el caso Palau.

Manos Limpias sólo quería "autobombo"

Por otra parte, en las dos entrevistas ha cargado duramente contra la acusación particular, que ejerció Manos Limpias y que, a su parecer, tuvo que ser apartada del proceso cuando retiró la acusación contra Miguel Tejeiro. A su parecer, Manos Limpias se presentó al caso "para darse publicidad y autobombo", con el "disparate" de dar entrevistas en la televisión después de cada jornada del proceso.

Aunque el tribunal sólo puede condenar a esta organización a pagar las costas --cómo así ha estado--, Horrach ha opinado que ahora los acusados por Manos Limpias que han resultado absueltos --la Infanta Cristina-- pueden iniciar acciones legales contra la asociación.

También cree que se puede recurrir en casación el hecho de que se permitiera la acusación popular, para que el Tribunal Supremo tome una decisión definitiva sobre esta figura y no haya desigualdad entre comunidades autónomas. En todo caso, cree necesaria una reforma que acabe con esta figura porque "distorsiona el proceso", por ejemplo en caso de que la fiscalía llegue con alguna de las partes a un acuerdo que permita seguir investigando.

En el caso concreto de Nóos, Horrach ha reconocido que hubo conversaciones con los abogados de Urdangarin y de Torres, porque lo pidieron ellos, pero que no fructificaron porque el primero que pide la Fiscalía es una reparación total de los daños y eso no se produjo. Es más, ha precisado que no llegaron a hablar de penas concretas para los acusados.

Con respecto a su propia actuación en el caso, ha afirmado que "le han dado impresión" las acusaciones de "corrupto" o "defensor de la Infanta" aunque "el tiempo lo relativiza todo". Según ha dicho, esperaba que las "críticas mediáticas" cesaron una vez que el tribunal le ha dado la razón sobre ella y ha condenado a Manos Limpias, pero ve que "cuando un prejuicio se instala a la opinión pública es casi imposible erradicarlo" y siguen las teorías conspiratorias, de manera que se siente alguna cosa "defraudado".