Una paso más en el soterramiento de la Gran Via en l’Hospitalet de Llobregat. Este jueves, la Generalitat y el ayuntamiento de la segunda ciudad de Catalunya han firmado un convenio para financiar el soterramiento de esta autopista urbana, una de las grandes reivindicaciones de los vecinos del municipio. El presidente, Salvador Illa, y el alcalde, David Quirós, han sellado así el acuerdo, que recoge, eso sí, un retraso en el comienzo de las obras: están previstas que comiencen dentro de algo más de un año, a principios del 2027, cuando inicialmente, en junio, se había situado el pistoletazo de salida en el segundo semestre de 2026. Aun así, la fecha prevista para acabarlas sigue siendo el 2030, completando la urbanización de la zona en 2031. Tal como han pactado las dos instituciones, la Generalitat avanza los 39,8 millones de euros que deberá acabar asumiendo el ayuntamiento para soterrar el medio kilómetro de carretera que hay entre el río Llobregat y Bellvitge. Durante los próximos tres años, el ayuntamiento de la ciudad deberá devolver el dinero o ceder terrenos de compensación para construir equipamientos. El grueso de la financiación de las obras (el coste total es de 135 millones) lo asumen las otras administraciones titulares de los terrenos (el AMB y el Estado) así como propietarios particulares. 

El president de la Generalitat ha querido poner de relieve la importancia de este soterramiento, hablando de un "pentágono metropolitano" de la prosperidad compartida, uno de sus conceptos preferidos en este primer año largo de Govern. Illa lo ha incluido así en la lista de transformaciones esenciales para la zona, junto con la ampliación del aeropuerto del Prat, a la cual se oponen firmemente quienes hasta ahora han sido sus socios prioritarios y reclaman centrar la atención en la gestión y la gobernanza de la infraestructura, o un puerto de Barcelona “modernizado”, además de la ampliación de la Fira de la Gran Via, también en L’Hospitalet. Tampoco se ha olvidado del conocido como Bioclúster de la Salud, que quiere ser un equipamiento de referencia mundial en el ámbito de la ciencia. Según Illa, este “pentágono” tiene potencial para crear 50.000 puestos de trabajo y facturar 7.000 millones de euros. Unas cifras que ha destacado junto a la “dignificación” que supondrá para los barrios de Bellvitge, la Gornal y la Marina, “con una transformación que genera prosperidad para toda Catalunya”.

El alcalde, David Quirós, que tomó el relevo de la histórica Núria Marín, ahora delegada del Govern en Madrid, ha agradecido que, con esta firma, se haya pasado de las palabras a los hechos “para tener forma jurídica y afrontar el calendario de una obra que la ciudad espera desde hace décadas”. “Convertimos los acuerdos entre administraciones en certezas para los vecinos”, ha asegurado Quirós, que ha definido la rúbrica de este jueves como un “punto de inflexión”. Para el alcalde, comienza el fin de una “frontera” entre barrios para empezar a vislumbrar "la definición de un nuevo corazón en el sur del área metropolitana”.