La noche de viernes a sábado ha salido cara para los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya. El 'macrobotellón' ilegal que se celebró en la Universidad Autónoma de Barcelona provocó el desplazamiento en massa de miles de jóvenes hacia Bellaterra. Algunos lo hacían con coche y otros en el transporte público de los ferrocarriles. Las imágenes que ya avanzó el Nacional.cat confirmaban los destrozos que provocaron muchos de ellos en una auténtica fiesta del vandalismo dentro de los vagones. Ahora, Ferrocarrils ha cuantificado los gastos que costará arreglarlo todo.

En concreto, el volumen de los desperfectos ocasionados en las instalaciones asciende a 4.000 euros: se estropearon cinco puertas de las máquinas canceladoras de acceso y salida de tres estaciones (Universidad Autónoma, Les Fonts i Sant Cugat), se hicieron pintadas en el interior de un tren y se ocasionaron daños en los asientos de otro tren. Por otra parte, Ferrocarrils justifica su protocolo de actuación durante la noche: "Con el fin de minimizar el impacto de esta demanda no prevista en el servicio sobre el resto de usuarios y para evitar aglomeraciones y riesgos en andenes y trenes, Ferrocarrils adaptó, en base a los recursos disponibles, su oferta con rapidez. Una vez detectada la demanda de usuarios creciendo no prevista, la compañía añadió siete trenes adicionales".

 

A través de twitter, este organismo público empezó a pedir la colaboración ciudadana para investigar los hechos. Hoy, ha condenado los hechos: "La compañía reprueba y condena enérgicamente los comportamientos incívicos que se vivieron en sus instalaciones. Como servicio público, este tipo de actitudes y los desperfectos ocasionados a las instalaciones y los trenes afectan directamente a todas las personas usuarias del servicio de trenes". También reprueba el no uso de las mascarillas y recuerda que sigue siendo "obligatorio a todo el transporte público durante la pandemia".

En la Universidad Autónoma de Bellaterra también están valorando cuánto costará reparar todos los destrozos que ocasionaron durante la fiesta por donde llegaron a pasar 8.000 personas. El rector de la UAB, Javier Lafuente, lamenta que esta práctica no es nueva en el campus, pero esta noche "ha estado el límite", en declaraciones en RAC1. Según varios testigos y vecinos del campus universitario, los perpetradores del botellón habrían aprovechado el caos generalizado para producir allanamientos de morada y robos tanto a las residencias como a las facultades, además de destrozos en el mobiliario. Una de las escenas más chaladas hasta ahora muestra a una persona montada sobre una excavadora en medio de un grupo de jóvenes que lo animan a utilizarla.

Fotografía de portada: un asiento destrozado de FGC