El juicio del caso Ester Quintana dirime si los dos mossos que están sentados en el banquillo de los acusados fueron los responsables de disparar el tiro que le hizo perder su ojo izquierdo. No se juzga al cuerpo. No se juzga si los Mossos d'Esquadra son los responsables del lanzamiento del proyectil que provocó la lesión. De hecho el Departament d'Interior ya ha admitido que fueron ellos, y la indemnización a Quintana lo ratifica. Por lo tanto, sea cuál sea la sentencia, el cuerpo de los Mossos d'Esquadra ya ha admitido su culpabilidad. Si ha sido posible hacer un juicio en este caso, y no en otros, es porque se ha identificado a un agente que presuntamente disparó la pelota de goma. Y eso no ha pasado en ninguno de los otros casos que hay a la lista de heridos por esta práctica. 

El juicio no juzga a los responsables del cuerpo por las múltiples versiones que dieron los días después de los hechos, y los palos en las ruedas que eso ha supuesto para la investigación. No se juzga al ex conseller Felip Puig por las mentiras, ni al ex director general de la Policía Manel Prat, por ocultar información, ni a Sergi Pla y Manuel Hermida, responsables de la BRIMO, la unidad de antidisturbios, por no investigar internamente si se disparó o no, y dónde. Toda la nebulosa que hubo en los días posteriores a los hechos y que se fue aclarando a partir de los vídeos que iban apareciendo, que desmentían las múltiples versiones del Departament d'Interior, no se juzga. No hay juicio político. Pero sí que hay un juicio fantasma en paralelo que pone en evidencia la mala gestión que se realizó y la ocultación de información.

Todas las versiones volverán a salir a la luz este lunes porque en el juicio está citado a declarar Manel Prat, quien fue director general de la Policia, y quien estuvo al frente del dispositivo de la huelga general del 14 de noviembre del 2012.

Las versiones

Desde el día siguiente de los hechos, el 15 de noviembre del 2012, hasta el 13 de diciembre del 2012, se produjeron hasta tres comparecencias de Felip Puig, donde fueron cambiando las versiones de Interior. La que todavía se mantiene ahora es que no se dispararon pelotas de goma. Al menos, lo que sí que está claro es que no se dio la orden de dispararlas. Pero el hecho que se dispararan o no, es justamente el objeto del juicio.

Felip Puig no estaba en la sala de mando aquel día que se produjo el incidente. La huelga general coincidió con una campaña electoral, y aunque los actos se suspendieron, el conseller creyó más oportuno no estar en la sala de control. Por lo tanto todas las versiones que explicó no las sabía con certeza. Son las que le comunicaron a él, y una tras la otra se van desmontando.

"No se lanzaron proyectiles en Passeig de Gràcia"

Felip Puig mantuvo al día siguiente de los hechos que no se había hecho ninguna actuación en Passeig de Gràcia y que no se había disparado ningún tipo de proyectil en aquella zona, en las actuaciones posteriores a la manifestación. Aunque la oficina del portavoz de los Mossos informaba la misma noche de una carga en Passeig de Gràcia, Puig la negaba en la rueda de prensa del 15 de noviembre del 2012. En una comparecencia en el Parlament el 3 de diciembre, reafirmó que no se lanzó ningún proyectil en la zona donde Ester Quintana perdió el ojo.

La afirmación contundente de Puig se desmontó el 6 de diciembre. Apareció un vídeo donde se ve un mosso disparar un proyectil de foam en el Passeig de Gràcia con Ronda Sant Pere.

Felip Puig se reunió entonces con el presidente, en aquel momento Artur Mas, y le presentó la dimisión. Pero éste no se lo aceptó, y el conseller compareció nuevamente ante la prensa para dar una nueva versión de los hechos. De ningún proyectil lanzado en el Passeig de Gràcia, rectificó y admitió que se lanzaron 7, uno de los cuales en la confluencia con la Ronda Sant Pere. Lo que aparece en el vídeo.

El informe es una hoja con el mapa de la zona, con la posición de las unidades de los antidisturbios, la hora y la dirección en la que se dispararon los 7 proyectiles. En la misma rueda de prensa, se repartió el documento, corregido con bolígrafo momentos antes, porque había un error en la hora del lanzamiento del proyectil de Ronda Sant Pere.

 

La credibilidad del informe no duró ni 24 horas. Aquella misma noche apareció un nuevo vídeo, de Russian Today, donde se ve el lanzamiento de otro proyectil que no figura en el mapa de Interior.

Las horas

Las horas tampoco coinciden. Felip Puig afirmó que no hay cargas de las 20:48 a las 20:52 horas. Es justo el intervalo de tiempo en el que Ester Quintana recibió el impacto. Pero varios vídeos demostraron como entre las 20:35 y las 20:52 llegaron las furgonetas de los antidisturbios al cruce entre Passeig de Gràcia y Gran Via. Son vídeos de GràciaMón y 8TV que forman parte del sumario y que han sido pruebas clave en la instrucción antes de llegar al juicio. De hecho, el primer día de la vista se dedicó toda la sesión al visionado de las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona y de los vídeos que el juez había pedido a los medios de comunicación. 

"Había disturbios"

Felip Puig siempre justificó la intervención de los Mossos d'Esquadra en el Passeig de Gràcia por el hecho de que había disturbios y se debía intervenir para dispersar. Los diferentes vídeos y testigos que se han aportado a la investigación y que estos días se pueden ver en el juicio desmienten a Puig. No había incidentes. Por lo tanto la intervención de los Mossos estaba injustificada y Ester Quintana no pudo recibir el impacto de ningún objeto lanzado por nadie, porque no estaba pasando nada.

"No fue una acción de los Mossos

Si no había disturbios, el impacto que recibió Quintana no podía ser de ninguna botella o piedra. Y mucho menos una bola metálica disparada con los tirachinas que Interior hizo circular entre los periodistas como posible artilugio causante de la lesión. Tres años y medio después nadie duda de que la lesión fue provocada por una acción de los Mossos d'Esquadra. Lo admite la indemnización que ya se ha pagado a Quintana, de 260.000 euros, y las declaraciones del mismo director general de la PoliciaAlbert Batlle, en una entrevista en El Nacional: "Hemos hecho un esfuerzo reparador muy importante, muy importante. Al principio, preservando la presunción de inocencia de todos los que estén involucrados en este caso. Probablemente eso fue consecuencia de una actuación policial, que posiblemente será muy difícil de determinar, pero en cambio nosotros hemos hecho este esfuerzo por pagar la indemnización," dijo.

Cabezas cortadas

Todos los responsables del cuerpo y de los antidisturbios que había el 14 de noviembre del 2012 cuando pasaron los hechos ya no están. Algunos han dimitido, y otros han sido cesados. Y otros su partido los ha retirado de circulación. Ninguno de ellos ha admitido que los han decapitado políticamente por el caso Ester Quintana. Poco después de los hechos, el responsable de Recursos Operatius de los Mossos y jefe visible de los antidisturbios, Sergi Pla, ponía su cargo a disposición de su superior. Pla se marchó a la comisaría de Manresa con honores después de protagonizar una edición de Salvados con Jordi Évole que acabó de complicar la situación interna.

Con Sergi Pla, saltó también jefe histórico de los antidisturbios, Manuel HermidaHermida era el brazo ejecutor de la BRIMO y el que diseñaba los dispositivos desde hacía años. Lo sustituyó jefe de los Grups Especials d'Intervenció (GEI), Marc Caparrós.

Con el cambio de gobierno, Felip Puig dejó interior. El relevo lo tomó Ramon Espadaler. En la dirección general de la Policia, sin embargo, se mantuvo Manel PratPrat vivió la eliminación de las pelotas de goma. Un acuerdo entre CiU y ERC hizo que se eliminara esta práctica y que se decidiera buscar un arma alternativa. Manel Prat cogió a todo el mundo desprevenido anunciando la entrada en funcionamiento de los cañones de agua, recuperando un viejo camión de los años 90. Finalmente el 27 de mayo del 2014, Prat dimitió. Fue al día siguiente del desalojo de Can Vies y de meses de actuaciones de los Mossos controvertidas. 

En el comunicado de su dimisión, negó que dimitiera por el caso Quintana, pero no habló de ninguna otra actuación polémica, e hizo una huida adelante: "Con respecto al tema de la señora Quintana dije, y quiero volver a dejarlo claro hoy públicamente, que si en algún momento aparecía una prueba fehaciente, refiriéndome en imágenes, que demostraba que su lesión había sido provocada por una pelota de goma, cesaría inmediatamente. No estamos en esta situación, y no termino por este motivo. Aunque el último auto judicial, que por cierto todavía no ha cerrado la fase de instrucción, apunta a esta posibilidad, considero que no se han tenido en cuenta todas las aportaciones que se han hecho por parte del Departament d'Interior. Estoy absolutamente convencido de que al final se podrá aclarar quien fue el responsable de la desafortunada y triste lesión de la señora Quintana y que los dos mossos que están imputados quedarán absueltos. Aquel día, y hoy me afianzo con más contundencia si hace falta, no se lanzaron pelotas de goma. Considero que en este caso, y en otros, se ha buscado más la venganza por intereses diversos que la aclaración de la verdad y, por lo tanto, de la justicia a quien todo el mundo tiene derecho, también a los mossos que cumplen con su deber".

Con Prat, cesó también su jefe de prensa, responsable de la comunicación del cuerpo de los Mossos d'Esquadra. La jefa de comunicación de Interior en aquellos momentos, continúa al frente del servicio de prensa de uno de los departamentos de la Generalitat de Catalunya

Cambio de talante

El talante del Departament ha cambiado los últimos años. Se están admitiendo lesiones de pelota de goma, se está pidiendo perdón y se está llegando a acuerdos para indemnizar a las víctimas. Para el director general de la Policia es una normalidad.

Albert Batlle cree que "la Administración pública en un Estado democrático tiene que estar en condiciones de dar cuentas de las actuaciones, y está clarísimo que en algunas intervenciones como las que corresponden a una Policía hay un porcentaje de errores. El problema es que estos errores puedan ser detectados y que se puedan corregir. Tendría que ser una práctica normal del conjunto de los servicios públicos." Y sobre la depuración de responsabilidades interna, cree que va con el cargo: "Efectivamente cuando hay responsabilidades en temas de estos, pues se tienen que asumir responsabilidades. Se ha hecho en el pasado y, por descontado, se tiene que hacer en un futuro".