La atmósfera de Europa se ha vuelto notablemente más seca en los últimos 400 años en comparación con la época preindustrial. Esta es la principal conclusión de una investigación liderada por el Instituto Federal Suizo de Investigación sobre Bosques, Nieve y Paisaje y en la cual han participado la Universitat de Barcelona y el CREAF. Los investigadores han llevado a cabo un análisis sin precedentes de la memoria climática de los anillos de los árboles del continente. De acuerdo con el estudio, el motivo principal del deterioro del aire es la actividad humana, en concreto, las emisiones de gases de efecto invernadero. La situación compuerta graves consecuencias para la agricultura, los bosques y aumenta el riesgo de incendios forestales. La investigación se ha publicado en Nature Geoscience.

El estudio de los anillos de los árboles

Los investigadores han hecho un amplio análisis de los anillos de los árboles con datos que se remontan en el año 1.600. "Gracias a los anillos hemos podido trazar la memoria de estos árboles y saber cómo era de seco el aire en los últimos 400 años, una cosa que todavía no se había hecho," ha explicado la investigadora del CREAF Laia Andreu Hayles.

En concreto, el equipo conformado por casi 70 de investigadores e investigadoras internacionales ha reconstruido el déficit de presión de vapor (VPD), que describe la diferencia entre el contenido real y el máximo posible de agua del aire, es decir, la sed de agua del aire. El aire sediento -cuándo la VPD es alta- extrae más agua de los suelos y las plantas, reduce el crecimiento de la vegetación y puede incluso provocar la muerte de los árboles. "Además, sabemos que cuanto más cálido es el clima, más aumenta el VPD. Así que frenar el aumento de temperatura tendría que ser una prioridad", ha alertado ndreu Hayles.

Los resultados han apuntado a diferencias en la sequedad del aire en varios puntos geográficos. Por ejemplo, en el norte Europa no ha aumentado tanto en comparación con otras regiones. En cambio, en las tierras bajas centroeuropeas y en los Alpes y Pirineos, la situación es más grave, con valores máximos en los años de sequía 2003 y 2015.

Consecuencias para los bosques y la agricultura

De acuerdo con los autores, esta creciente sequedad en el ambiente supone una amenaza a largo plazo para muchas funciones vitales de los ecosistemas. Por ejemplo, es especialmente importante para la agricultura porque como|cuanto más seco es el aire, mayor es la demanda de agua de los cultivos. Además, es necesario regar más y el rendimiento de los cultivos disminuye. Por otra parte, también han indicado que tiene un impacto en los bosques, por ejemplo, su función como reguladores del clima y el almacenaje de carbono pueden verse gravemente afectados.

Las investigadoras de la UB Elisabet Martínez-Sancho y Emilia Gutiérrez han señalado que "esta investigación ayudará a refinar las simulaciones de futuros escenarios climáticos, así como evaluar la amenaza de la desecación del aire para los ecosistemas, la economía y la sociedad".