Tres semanas después del fatídico último viaje del Titan, el submarino propiedad de la compañía OceanGate que hacía viajes al fondo marino para ver los restos del Titanic, a una de las personas que se embarcaron en una expedición previa al del fatal accidente, ha revelado la macabra charla preparatoria con la que la empresa ponía al corriente a los pasajeros. Bill Price, un exitoso hombre de negocios, ha relatado a The New York Times los gráficos ejemplos con los que OceanGate ilustraba una posible implosión del submarino.

OceanGate ha puesto fin a sus actividades solo dos años después de nacer, a consecuencia del trágico accidente en el que cinco personas perdieron la vida, después de pagar 250.000 dólares para poder observar en primera plana la carcasa del transatlántico más famoso del mundo. Las víctimas, el millonario pakistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman, de 19 años; los exploradores Paul-Henri Nargeolet, francés, y Hamish Harding, británico; y el consejero delegado de la misma empresa, Stockton Rushla, recibieron una detallada explicación sobre qué pasaría en caso de que el submarino hiciera implosión.

Una lata de refrescos para ilustrar el peor escenario posible

Según Price, durante la reunión previa al viaje, desde la empresa, aparte de firmar un contrato en el que se mencionaba la posibilidad de morir hasta tres veces solo en la primera página, también ofrecían una explicación visual sobre qué pasaría en el peor de los casos. Para hacerlo, aplastaban una lata de refrescos con una almádena, que la dejaba completamente destrozada; para que los pasajeros entendieran la fuerza que requeriría una catástrofe así, dijeron que la presión sería tan fuerte como si 100 elefantes pisaran el pie de una persona.

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El submarino Titan había sufrido algunos errores en viajes anteriores | Europa Press.

El Titan estaba fabricado con materiales que todos los expertos aseguran no están hechos para soportar presiones de la magnitud de las que se viven a aquellas profundidades. El titanio y la fibra de carbono, los compuestos principales de la nave, con el paso de varias expediciones, sufrieron un fenómeno denominado "delaminación", que provoca la separación de las capas de refuerzo. Esta circunstancia, unida a la fuerte presión submarina, provocó una implosión instantánea que puso fin a la vida de todos los pasajeros en menos de un segundo.

Demanda por parte de los familiares

A pesar de los contratos, que detallaban que los tripulantes renunciaban a cualquier demanda en caso de morir, los familiares de las víctimas no lo han dejado correr. La posibilidad de que haya habido una grave negligencia puede anular esta cláusula, y un comité de expertos, junto con la Guardia Costera de los Estados Unidos y las autoridades del Canadá, están investigando las causas exactas de este terrible accidente.