El joven independentista acusado de desórdenes públicos durante la investidura fallida del expresident de la Generalitat Carles Puigdemont, y para el cual el fiscal pide tres años de prisión, ha negado hoy miércoles los hechos durante su declaración en la Audiencia de Barcelona.

Los hechos juzgados se remontan al 30 de enero de 2018, durante el debate de investidura de Puigdemont, cuando, de acuerdo con el escrito de acusación del ministerio público, el acusado —JMR C— "golpeó con un martillo" las puertas del parque de la Ciutadella, donde se ubica el Parlament, que estaban cerradas con cadenas, para "facilitar que los manifestantes invadieran el lugar" y propinó un empujón a un agente de los Mossos d'Esquadra.

Aquel día, de acuerdo con el escrito del fiscal, participaron en esta protesta unas 5.000 personas, entre ellas, un grupo de personas con estética "mayoritariamente antisistema" que "agitaron la masa concentrada" y "provocaron momentos de tensión" con los Mossos, entre los cuales se encontraba el acusado, que llevaba "un casco integral puesto y la cara parcialmente tapada".

Por aquellos incidentes, el fiscal solicita en su escrito una pena de dos años de prisión por el delito de desórdenes públicos, y un año por el de atentado a agente de la autoridad, conclusiones que ha elevado a definitivas durante el juicio celebrado hoy.

Inicialmente, la Generalitat se presentó como acusación en esta causa solicitando una pena de tres años y diez meses de prisión para este joven independentista, superior a la que pide el ministerio público, aunque finalmente ayer se retiró de este proceso.

La Generalitat ha argumentado que "ningún" agente de los Mossos d'Esquadra ni "ningún" bien público sufrió daños durante las protestas, y que la decisión de personarse al principio en esta causa se tomó bajo la aplicación del 155 y con el Gobierno "intervenido" por parte del Estado.

Durante el juicio, celebrado hoy miércoles en la sección 21 de la Audiencia de Barcelona, el joven ha negado en su declaración delante el tribunal que golpeara con un martillo las puertas de acceso al Parlament, aunque sí ha admitido que dio golpes a las cadenas, ni que empujara a un agente de la policía catalana.

De hecho, el acusado ha afirmado en su declaración ante el juez que no forzó las puertas con un martillo, ya que estas estaban abiertas.

El joven ha relatado que cuando llegó al punto donde se produjeron los incidentes, vio un martillo de albañil en el suelo que "le llamó la atención", y con el cual picó las cadenas, pero no la cerradura de las puertas de acceso y que, posteriormente, le pasó este objeto a otro manifestante independentista, momento en que llegaron los Mossos.

Ha proseguido que, entonces, agentes de la policía catalana lo cogieron de los brazos y le hicieron la zancadilla, de manera que cayó al suelo y que, acto seguido, lo cogieron por la cabeza y por la espalda.

El acusado ha concluido que está siendo juzgado por "motivos políticos": "Se me acusa de intenciones, no de hechos", ha dicho.

Durante la vista han declarado también varios agentes de los Mossos presentes en los incidentes que han aportado un testigo diferente al del joven independentista.

No obstante, el ministerio público sólo ha aportado durante la vista celebrada hoy estas pruebas testificales pero ninguna material, como fotos o vídeos sobre el martillo en cuestión.