Hoy, mañana y pasado mañana el ejército hará las prácticas de tiro previstas en la base militar de Sant Climent Sescebes, en el Alt Empordà, a pesar de las altas probabilidades de incendio y la prohibición de hacer actividades de riesgo en la montaña que puedan generar fuegos.

El Ministerio de Defensa alega que se trata de ejercicios "rutinarios" con fusil, ametralladora, pistola y fusil de precisión, y que, por lo tanto, tienen un riesgo de incendio "mínimo". Además, añaden que diariamente evalúan las condiciones meteorológicas para abortar, si ocurre, las prácticas. Por su parte, la alcaldesa de Sant Climent Sescebes, Olga Carbonell, ha corroborado que las prácticas que se realizan en verano son de "menor intensidad" y que cumplen el protocolo fijado por la Junta de Seguridad, integrada por Mossos d'Esquadra, Bomberos y Agentes Forestales.

A lo largo del mes de julio, el ejército ha realizado semanalmente prácticas de tiro al perímetro de la base militar General Álvarez de Castro de Sant Climent Sescebes, que siempre se han notificado previamente a los ayuntamientos. La semana pasada, los responsables de la base volvieron a avisar a los consistorios de Sant Climent y Cantallops que ejecutarían nuevos ejercicios con fuego los días 16, 17 y 19 de agosto. La alcaldesa de Sant Climent Sescebes recuerda que la Junta de Seguridad integrada por Mossos d'Esquadra, Bomberos y los Agentes Forestales, fijó el protocolo de actuación para este tipo de ejercicios y que, a lo largo de este año, el ejército, "siempre" lo ha cumplido. De hecho, los ejercicios que se hacen en verano son de "menor intensidad" que durante el resto del año, precisamente por el riesgo de incendio forestal.

Las entidades Alto al Fuego, GEES, ANC ­Figueres, Som Joves Alt Empordà e IAEDEN­ Salvem l'Empordà han pedido que no se autoricen las prácticas teniendo en cuenta el elevado riesgo de incendio forestal en la zona. No entienden por qué el ejército no está sujeto a las restricciones para la realización de ciertas actividades al aire libre vigente durante los meses de verano. "Es un contrasentido que el ejército no esté sometido a estas normas que sí que afectan al resto de la población", ha apuntado uno de los portavoces, Josep Maria Tegido-Mallart, que asegura que las prácticas de tiro han provocado varios fuegos forestales a los pueblos vecinos.

Además, se ha quejado que este tipo de ejercicios suponen un sobrecoste económico para los bomberos, que tienen que actuar por vía aérea, y no terrestre, a la hora de sofocar los incendios de vegetación que se producen dentro del perímetro militar, ya que hay riesgo que algunos proyectiles vertidos exploten.