Universidades y estudiantes se han tenido que adaptar en un tiempo recuerdo al coronavirus y a la educación a distancia. Después de unos meses inmersos de pleno en este sistema, las diferentes universidades intentan planificar, con una nube de incertidumbre, el posible retorno a las aulas de cara el próximo curso. A pesar de las ventajas y las dificultades de la educación, algunas de las universidades consultadas por ElNacional.cat se mantienen firmes: son universidades presenciales.

"Somos una universidad presencial y nuestra docencia también lo es", explica la vicerrectora de docencia de la Universidad de Barcelona (UB), Sílvia Burset. "Hace muchos años que la UB dispone de un Campus Virtual utilizado por todos los estudiantes y profesores. De hecho, el año 2018 se hizo un proceso de paso del campus a la nube, que significó un avance muy importante".

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"No nos cansaremos de repetirlo, nuestra máxima es seguir siendo una universidad presencial", detalla la vicerrectora de Comunicación y de Promoción de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Virginia Luzón. "Las medidas que se tomarán de cara el curso que viene serán extraordinarias porque no será un curso normal". A pesar de las medidas que propone sanidad, tener el 30% o 40% de la capacidad, desde la UAB insisten en que la intención es recuperar, tanto como se pueda, la presencialidad. "El mundo digital era una herramienta de apoyo, ahora sabemos que también es una herramienta docente".

En relación a los contenidos, Luzón habla sobre los másteres con formato blended, es decir, un porcentaje elevado es formación a distancia. Eso, según detalla, es una opción que escogen muchos estudiantes de fuera, que hacen una parte de la formación online y otra parte presencial, desde Barcelona. "Hacer grados a distancia ya es más complicado".

Ventajas e inconvenientes

La idea de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) también es la de ser una universidad presencial. En este sentido, la vicerrectora de docencia y estudiantado de la UPC, Núria Garrido, pone de manifiesto que la situación también ha puesto en valor las ventajas y el valor añadido que supone la presencialidad. Ahora bien, remarca que en estos dos meses y medio se han aprendido cosas nuevas y se han desarrollado nuevas herramientas. "Hemos podido comprobar que la distancia antes era un problema y ahora, en muchos casos, lo ha dejado de ser".

"De una desgracia también puede salir una oportunidad", explica la rectora de la Universidad Rovira y Virgili de Tarrragona (URV), Maria José Figueras. La URV tendrá, el próximo curso, 11 másters que siempre habían sido presenciales a distancia. "No nos queremos convertir en una universidad no presencial pero si que hemos detectado un 20% menos preinscripciones de cara el curso que viene y la virtualización nos puede ayudar".

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Y a pesar de la reivindicación de presencialidad, desde la UPC si que podrían llegar a plantearse alguna propuesta a nivel de máster que en un futuro podría ofrecerse en formato no presencial. Insisten, sin embargo, en que la no presencialidad puede servir de complemento en grados y másters. La intención es empezar el curso que viene con la máxima normalidad posible. "Pediremos qué se priorice el formato presencial, aquello que da más valor añadido", subraya Garrido.

Así, explican que han destinado una parte importante del presupuesto para que las clases se puedan grabar o bien retransmitir por streaming para que los alumnos lo puedan seguir desde casa.

"Tenemos que aprovechar la ventaja de lo que hemos aprendido", insisten desde la URV. "Hemos dado una solución a un problema sobrevenido. No esperábamos una pandemia". Ahora bien, a pesar de la adaptación de los estudiantes y profesorado, Figueras resalta que ha habido problemas técnicos. "Algunos estudiantes no tenían conexión a internet o era floja o bien se colgaba. De hecho, sólo el 45,4% de los estudiantes tenían una red óptima".

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"Las principales dificultades han venido determinadas por la urgencia de pasar en pocos días de una docencia presencial a una no presencial, sobre todo en un entorno que no siempre es favorable, ya que muchos profesores y estudiantes tienen problemas de salud, ellos o sus familias. Estudiar en esta situación resulta complicado", remarca la vicerrectora de ordenación académica y calidad de la UB, Amelia Díaz. De esta manera, detalla que los estudiantes también se han encontrado con dificultades. "Algunos estudiantes no tenían acceso a la red o bien ordenador". La universidad, sin embargo, ha hecho dos convocatorias de ayuda de las que se han beneficiado 277 estudiantes.

A pesar de la incertidumbre, la UB resalta que las enseñanzas en su universidad son presenciales. "Ahora bien, teniendo en cuenta como evoluciona la situación sanitaria nos tendremos que adaptar, ya sea mediante la docencia presencial, no presencial o mixta", recalca Díaz. Lo que tienen claro pero es que no se plantean dejar de ser una universidad presencial "ni a corto ni largo plazo".

Por otra parte, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), nativa online, también aprobó una serie de nuevas acciones ante la prolongación del confinamiento y la incertidumbre del calendario.

De este modo, se acordó la virtualización completa de las pruebas de evaluación continua y finales, la suspensión temporal de prácticas presenciales y la sustitución, siempre que sea posible, por unas de virtuales o bien mediante el teletrabajo.

Además, también se aprobaron medidas de flexibilización en fechas de entrega de actividades evaluables para facilitar el seguimiento de la evaluación continua a todos los estudiantes.

 

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