El viaje de Bruselas a Barcelona se ha acabado convirtiendo en un calvario este miércoles para los pasajeros del vuelo 8991 de Vueling, programado para las 21.20 horas y que fue cancelado a causa, según la compañía, de la indisposición de un miembro de la tripulación. Buena parte de los pasajeros se encontraron de madrugada sin hotel, algunos desviados en taxis a otros aeropuertos, como Amsterdam, y muchos buscando vuelos y hotel a través de los móviles mientras la compañía comunicaba que trataba de recolocar a todo el mundo en aviones entre el jueves y viernes.

A las ocho de la noche los paneles informativos ya hacían saber que el avión iba con retraso. No obstante, el embarque se llegó a hacer hacia las 22 horas. Tres cuartos de hora más tarde los pasajeros fueron informados de que un miembro de la tripulación estaba indispuesto y le estaba examinando el médico. Al cabo de una nueva espera dentro del avión, durante la cual se repartió agua, se comunicó que el vuelo quedaba anulado y que se procedería a desembarcar.

Sin hotel

Desde la propia megafonía del aparato, que tiene capacidad para más de 200 personas y estaba lleno, se informó de que había pocas habitaciones de hotel y que se aconsejaba que quien dispusiera de algún lugar donde ir a dormir en Bruselas, lo utilizara.

Una vez en el aeropuerto, empezaron las colas ante los mostradores de Aviapartner, que cubre los servicios de Vueling, hasta que un trabajador, a gritos, hizo saber que no había hoteles porque los que utiliza la compañía estaban llenos. Precisamente, los hoteles de Bruselas están muy llenos esta semana a raíz del Tour de Francia, que empieza el sábado. Vueling no ofreció ninguna alternativa para pasar la noche.

Información con cuentagotas

La información caía con cuentagotas, hasta que se hizo saber a los pasajeros que recibirían en sus móviles las alternativas de vuelos que les ofrecía la compañía para recolocarlos, mientras se abría una nueva cola para los aviones. Algunos pasajeros fueron informados de que el avión de Vueling había regresado vacío a Barcelona.

aeropuerto Bruselas Vueling 4 Marta Lasalas

Esperando había niños, y personas que no entendían las instrucciones que comunicaban en francés e inglés el personal del aeropuerto y que se informaban gracias a otros pasajeros; también viajeros pendientes de enlazar con otros vuelos que constataban que perderían el avión hacia su destino final sin que se les ofreciera ninguna alternativa. De hecho, la respuesta que recibían era que el avión con el que tenían que enlazar no era de Vueling y, por lo tanto, no tenían ninguna responsabilidad sobre esta compañía.

Algunos pasajeros recibieron billetes para viajar desde Amsterdam y una nueva cola les proporcionaba un taxi hasta la capital holandesa, otros recibieron en el móvil vuelos que se les había asignado para el día siguiente desde Bruselas, muchos de los cuales llevaban un enlace que obligaba a pagar de nuevo la plaza. Eso si conseguían llegar al enlace, que a menudo aparecía como no encontrado, con la ilustración de un avión de papel volando.

aeropuerto Bruselas Vueling 2 Marta Lasalas

Ante esta situación, parte de los viajeros decidieron conseguir un billete por su cuenta con otras compañías. Eso sí, Vueling facilitaba taxis todo el mundo que quisiera marcharse tanto con los vuelos que les proporcionaban como con los que conseguían por su cuenta.

A las dos y media de la madrugada acabaron las colas y los responsables de informar a los pasajeros se marcharon. Todos los que ante la falta de alojamiento que debía suministrar Vueling no consiguieron hotel por sus propios medios acabaron pasando la noche en el aeropuerto.

Reacción de la Comisión Europea

Ante esta situación, la Oficina de la Comisión Europea en Barcelona ha recordado a través de Twitter a los pasajeros de este vuelo que tienen derecho a pedir compensaciones a Vueling, tal como marca la legislación europea, por la cancelación del servicio.