Mientras el Congreso de los Diputados validaba la sexta prórroga del estado de alarma hasta el 21 de junio, en medio de un nuevo espectáculo de reproches entre las fuerzas políticas, el Ministerio de Sanidad ha hecho pública la actualización de las cifras sobre el impacto del coronavirus en España. Y el caos persiste. Si ayer el departamento dirigido por Salvador Illa comunicaba que en la última semana había habido 34 defunciones, hoy este número se eleva a 63, es decir, 29 más de golpe.

En cambio, si nos fijamos en la diferencia del total acumulado de víctimas mortales, sólo se ha añadido una. De las 27.127 de ayer a las 27.128 de hoy. Esta treintena más de decesos que ha recontado el ministerio con fecha de defunción durante los últimos 7 días vienen de dos comunidades autónomas. 22 son de Castilla y León y 7 de Asturias. 

El comité de expertos de la Moncloa que sigue la evolución del impacto de la Covid-19 está teniendo serios problemas para cuadrar la información que les facilitan diariamente los gobiernos autonómicos. 

Sobre los contagios, los gráficos del ministerio registran un repunte, con casi un centenar más de los que se reportaron ayer. En las últimas 24 horas se han diagnosticado 219 positivos a través de pruebas PCR. 

¿Cuántos muertos hay realmente?

A pesar de la evolución favorable de los datos que llegan día a día, hay que tener en cuenta algunos elementos a la hora de dibujar la radiografía real de la situación. Mientras los gráficos oficiales que distribuye el Gobierno hablan de poco más de 27.000 defunciones en España con coronavirus, la Organización Mundial de la Salud eleva la cifra a 29.858. En paralelo, ya hace días que el máximo responsable de procesar las estadísticas, Fernando Simón, deja caer en sus comparecencias que en realidad podría haber "unos 28.000 muertos". Ahora hace justo una semana, el registro civil apuntaba que entre marzo y mayo hubo un exceso de 43.000 muertos en España. Un 55% más de mortalidad de lo que es habitual en esta época.

Los números del ministerio siguen sin cuadrar con los que facilitan cada día algunos gobiernos autonómicos. El caso más próximo es el de Catalunya, pero pasa con otros territorios como Madrid, Euskadi, Castilla y León o las Baleares. Este hecho se explica por la divergencia de criterios a la hora de hacer los recuentos. El Gobierno únicamente contabiliza los casos positivos y las defunciones que se han sometido a una prueba PCR que confirme la presencia del virus.

Cada día desde el inicio de la pandemia se ha producido un desfase entre lo que reportan las comunidades y lo que acaba publicando el ministerio. Y eso dificulta absolutamente la posibilidad de tener una fotografía real.